viernes, 27 de julio de 2007

REGALIA OF THE SCOTTISH RITE




LA PARAFERNALIA O "REGALIA" DEL RITO es variada y multicolor.


He aquí algunos ejemplos de ellos:


Los birretes de los PP. del RR. S. según su jerarquía, desde el 32º hasta el C. C.. de la C. de H., incluyendo al Inspector General.

viernes, 13 de julio de 2007

LA TRADICIÓN ESCOCESA


Las cosas no son como parecen. Si bien el nombre escocés hace a todos suponer que la masonería "escocesa" se origina en Escocia, la realidad histórica acusa otro hecho. No nos referimos aquí al gentilicio "escocés", sino a la nominación del sistema, rito o método de trabajo masónico escocés. La semilla de la denominada "masonería escocesa" germinó en Francia.

Esto que a muchos puede sorprender es, sin embargo, una realidad histórica. En efecto, para 1735 había ya dos corrientes masónicas en la propia Inglaterra y en Francia, sobre todo; por un lado la masonería andersoniana, fuertemente ligada a Jorge I, de la Casa de Orange y protestante, por el otro la jacobita (católica), pretendiendo restaurar en el trono a los Estuardo. La diferencia, en materia ritual, se centraba en la inclusión de la caballería cristiana dentro de las formas del trabajo masónico. El simbolismo templario en la masonería, desatado por el Discurso de M. Andrew de Ramsay -quien fue preceptor del príncipe Eduardo- llegó para quedarse no en los grados azules o simbólicos, sino en las cámaras capitulares en manos de elegidos aristócratas partidarios de los Estuardo, es decir, jacobitas.

Con estas diferencias en el simbolismo de los métodos del trabajo (la construcción y la caballería), comienza a formarse una nueva jerarquía masónica que actúa por encima, o al lado, de los tradicionales grados masónicos, los originales y auténticos, inspirados en el Arte de la Construcción. Mientras que en ésta el ingreso queda abierto a comerciantes y burgueses, en la masonería escocesa - caballeresca y templaria- los ingresantes (ya Maestros) se seleccionan con un elitismo descontextualizado del espíritu masónico original; de ahí la palabra "elegidos", que tanto predomina en los nombres de muchos de los grados del escocismo. Al paso del tiempo, los masones franceses empezaron a preferir estas formas "extravagantes" de la ritualidad, pues los esquemas ingleses eran algo fríos y monótonos. En cambio, la introducción del templarismo les permitió el acceso a nuevos rituales, parafernalia, joyas y títulos cuya rimbombancia hizo mucha mella en el espíritu y ánimo de los masones franceses, que se vieron prácticamente seducidos por las exquisitas "nuevas formas" de la masonería y no por la frialdad memorística de los ingleses.

Así las cosas, los aristócratas estuardistas jacobinos estuvieron muy cerca de controlar la masonería francesa, donde proliferaron los "altos" grados en forma por demás acusiosa, al punto de llegar a contarse, según cuenta Frau Abrines, en más de mil quinientos. Asi pues, el origen territorial y conceptual de los grados, que luego constituyeron el Rito de Perfección y de él el Rito Escocés Antiguo y Aceptado (creado en Estados Unidos, en Charleston), es indiscutiblemente francés y no escocés (de Escocia). Pero todo vino del ambiente mágico e inspirador del discurso de M. A. de Ramsay.

Por supuesto, las Constituciones andersonianas, protestantes y deistas, fueron modificadas. En 1735 se redactaron los Antiguos deberes y ordenanzas de los masones, de contenido radicalmente distante de las de 1723. Mientras las Constituciones de James Anderson, curiosamente nacido en Escocia, dicen: "La religión que todos los hombres aceptan", las Constituciones escocesas afirman: "La religi{on cristiana en la que todo hombre conviene". Más que una vocación dogmática -hay que admitirlo- se trata de recuperar el sentido y el espíritu templario.

Pero en nuestros países latinoamericanos, la masonría llegó inspirada también de Francia, pero por el lado del Gran Oriente de Francia, y por lo tanto el asunto cuajó de modo diferente ...

lunes, 9 de julio de 2007

EL DISCURSO DE M. A. RAMSAY

(1736 - 1737)

Andrew Michael Ramsay nació en 1686 en Ayr, Escocia, y murió en Saint-Germain-en-Laye, Francia, en 1743. Fué preceptor de grandes familias: Wemyss, Sassenage, Estuardo (Roma, 1724), Château-Thierry, Bouillon. Hecho Caballero de S. Láza-ro por el duque de Orleáns, regente de Francia y Gran Maestre de esa Orden, en 1723.

Escritor, es autor entre otras obras de The Philosophical principles of natural and revealed religion unfolded in geometrical order, 1748. Gran Orador de la Orden en Francia, su Discurso, del que ofrecemos las dos versiones, es un testimonio muy conocido –famoso– sobre el pensamiento esotérico presente en los "altos grados" del "Escocismo", discurso al que se ha llegado a atribuir el origen de éstos, y no sólo el ser expresión de una corriente ya existente. El primero fue pronunciado en la logia parisina Saint Thomas nº 1, la primera logia fundada en Francia, en 1725, por nobles ingleses, dos de los cuales serían, después del duque de Wharton, los primeros Grandes Maestres de la Masonería en dicho país. El segundo ante una asamblea general de la Orden francesa. De acuerdo al Diccionario de D. Ligou, "es sobre todo el Discurso de Ramsay el que hace de él una de las columnas de la Masonería francesa." Ambas versiones han sido publicadas por P. Négrier en su libro Textes fondateurs de la Tradition maçonnique (ver aquí pág. 397). [Hay que señalar con respecto al término "dogmas" que aparece en el escrito, que en el lenguaje del s. XVIII esta palabra debe interpretarse como "creencias" o experiencias de orden intelectual–espiritual]. "1736Discurso del Señor caballero de Ramsaypronunciado en la logia de San Juan el 26 de Dic.Señores, El noble entusiasmo que ustedes demuestran para ingresar en la antigua y muy ilustre Orden de los francmasones es una prueba evidente de que ya poseen todas las cualidades necesarias para convertirse en sus miembros. Estas cualidades son la filantropía, el secreto inviolable y el gusto por las bellas artes. Licurgo, Solón, Numa y todos los demás legisladores políticos no lograron que sus instituciones llegaran a ser duraderas: por muy sabias que hayan sido sus leyes, no han podido extenderse a todos los países y perdurar a través de los siglos. Puesto que se fundamentaban en las victorias y las conquistas, en la violencia militar y en el dominio de un pueblo sobre otro, no han podido llegar a ser universales ni adaptarse al gusto, al genio y a los intereses de todas las naciones. No se basaban en la filantropía: el falso amor por una parcela de hombres, quienes habitan una pequeña región del universo que se llama patria, destruía en todas estas repúblicas guerreras el amor por la humanidad en general. Los hombres, fundamentalmente, no se diferencian por las lenguas que hablan, las ropas que visten o los rincones de este hormiguero que habitan. El mundo entero no es más que una gran república, en la cual cada nación es una familia y cada individuo un niño. Señores, nuestra sociedad se estableció para hacer revivir y propagar las antiguas máximas tomadas de la naturaleza del ser humano. Queremos reunir a todos los hombres de gusto sublime y de humor agradable mediante el amor por las bellas artes, donde la ambición se vuelve una virtud y el sentimiento de benevolencia por la cofradía es el mismo que se tiene por todo el género humano, donde todas las naciones pueden obtener conocimientos sólidos y donde los súbditos de todos los reinos pueden cooperar sin celos, vivir sin discordia, y amarse mutuamente. Sin renunciar a sus principios, desterramos de nuestras leyes todas las disputas que pueden alterar la tranquilidad del espíritu, la delicadeza de las costumbres, los sentimientos afectuosos, la alegría legítima, y aquella armonía absoluta que sólo se encuentra en la eliminación de todos los excesos indebidos y de todas las pasiones discordantes. Asimismo tenemos nuestros misterios: son signos que representan nuestra ciencia, jeroglíficos muy antiguos y palabras que se tomaron de nuestro arte; todos ellos componen un lenguaje algunas veces mudo y otras muy elocuente para comunicarse a grandes distancias, y para reconocer a nuestros hermanos sin importar su lengua o país. En un primer momento, a los que ingresan nada más se les da a conocer el sentido literal. Es sólo a los adeptos que se les revela el sentido sublime y simbólico de nuestros misterios.

Es así como los orientales, los egipcios, los griegos y los sabios de todas las naciones ocultaban sus dogmas por medio de figuras, símbolos y jeroglíficos. A menudo, el sentido literal de nuestras leyes, de nuestros ritos y de nuestros secretos sólo ofrece a la razón un sinnúmero de palabras ininteligibles; sin embargo, los iniciados encuentran en ellos un manjar exquisito que alimenta, que eleva, y que le recuerda al espíritu las verdades más sublimes. Ha sucedido con nosotros lo que casi nunca ha sucedido con otra sociedad. Nuestras logias se han instaurado hace mucho tiempo y se difunden hoy por todas las naciones civilizadas del mundo; sin embargo, entre tan numerosa multitud de hombres ningún hermano jamás ha traicionado nuestro secreto. Desde el momento en que comienzan a formar parte de nuestra cofradía, las personas más frívolas, las más indiscretas y las menos instruidas aprenden a guardar para sí mismas esta gran ciencia: entonces, parecen transformarse y convertirse en hombres nuevos, impenetrables y penetrantes al mismo tiempo.

Si alguien rompiera los juramentos que nos unen, no tenemos ninguna ley penal excepto el remordimiento de conciencia y la exclusión de nuestra sociedad, según las siguientes palabras de Horacio: Est et fideli tuta silentio Merces: vetabo, qui Cereris sacrum Vulgarit arcanae, sub isdem Sit trabibus, fragilemve mecum Solvat phaselum.Horacio, antiguamente, fue orador de una gran logia establecida en Roma por Augusto, mientras Mecenas y Agripa eran sus vigilantes. Las mejores odas de este poeta son himnos que compuso para que se cantaran en nuestras orgías. Sí, señores, las famosas fiestas de Ceres en Eleusis, de las cuales habla Horacio, así como las de Minerva en Atenas y las de Isis en Egipto no eran otra cosa que logias de nuestros iniciados, donde se celebraban nuestros misterios con las comidas y las libaciones pero sin los excesos, los desenfrenos y sin la intemperancia en que cayeron los paganos, después de haber abandonado la sabiduría de nuestros principios y la pureza de nuestras máximas. El gusto por las artes liberales es la tercera cualidad que se requiere para entrar en nuestra Orden, la perfección de este gusto es la esencia, el fin y el objeto de nuestra unión. De todas las ciencias matemáticas, la de la Arquitectura, ya sea civil, naval o militar es, sin duda, la más útil y la más antigua. Es a través de ella que nos defendemos contra las injurias del aire, contra la inestabilidad de las olas y sobre todo contra el furor de otros hombres. Es por medio de nuestro arte que los mortales han encontrado el secreto de construir casas y urbes con el propósito de reunir las grandes sociedades; el secreto de recorrer los océanos para llevar de uno a otro hemisferio las riquezas de la tierra y de los mares y en fin el secreto de construir murallas y máquinas contra un enemigo más terrible que los elementos y los animales, quiero decir contra el hombre mismo que no es más que una bestia feroz, a menos que su naturaleza sea templada con la dulzura, la paz y la filantropía de las máximas que reinan en nuestra sociedad.

Tales son, señores, las cualidades que se requieren en nuestra Orden de la cual revelaremos ahora, en pocas palabras, el origen y la historia. Nuestra ciencia es tan antigua como el género humano, pero no se debe confundir la historia general del arte con la historia particular de nuestra sociedad. Han existido en todos los países y en todos los siglos arquitectos, pero todos estos arquitectos no eran francmasones iniciados en nuestros misterios. Cada familia, cada república y cada imperio cuyo origen se pierde en la noche de los tiempos tiene su fábula y su verdad, su leyenda y su historia, su ficción y su realidad. La diferencia que hay entre nuestras tradiciones y aquellas de todas las demás sociedades humanas es que las nuestras están fundadas en los anales del pueblo más antiguo del universo, el único que hoy conserva el mismo nombre que tenía antiguamente, que no se confunde con las otras naciones aunque esté disperso por todas partes y en fin, el único que ha conservado sus libros antiguos, al contrario de casi todos los demás pueblos en los que éstos se han perdido. Por lo tanto, he aquí lo que he podido recopilar sobre nuestro origen en los antiquísimos archivos de nuestra Orden, en las actas del Parlamento de Inglaterra que hablan frecuentemente de nuestros privilegios, y en la jurisdicción actual de un país que ha sido el centro de nuestra ciencia arcana desde el siglo décimo. Señores, dígnense prestar más atención; hermanos vigilantes protejan la logia, aparten de este lugar la vulgaridad profana. Procul oh procul este profani, odi profanum vulgus et arceo, favete linguis. El gusto supremo por el orden, la simetría y la proyección sólo pueden ser inspirados por el Gran Geómetra, arquitecto del Universo, cuyas ideas eternas son los modelos de la belleza verdadera. Además, vemos en los anales sagrados del legislador de los judíos que Dios mismo fue el que enseñó al restaurador del género humano las proporciones de la construcción flotante que tenía como función preservar durante el diluvio los animales de todas las especies para que repoblaran nuestro globo, cuando saliera del seno de las aguas.

Por consiguiente, Noé debe ser considerado como el autor y el inventor de la arquitectura naval así como el primer gran maestro de nuestra Orden. La ciencia arcana fue trasmitida por medio de una tradición oral desde Noé hasta Abraham y los patriarcas, el último de los cuales llevó nuestro arte sublime a Egipto. Fue José quien dió a los egipcios la primera idea para la construcción de los laberintos, de las pirámides y de los obeliscos que se han admirado en todas las épocas. Es por esta tradición patriarcal que nuestras leyes y nuestras máximas se difundieron en Asia, Egipto, Grecia y entre todos los Gentiles; sin embargo, rápidamente nuestros misterios fueron alterados, degradados, deformados y mezclados con supersticiones y la ciencia secreta sólo se conservó pura entre el pueblo de Dios. Moisés, inspirado por el Altísimo, hizo construir en el desierto un templo móvil de acuerdo con el modelo que se le había revelado en una visión celeste en la cumbre de la montaña sagrada, prueba evidente de que las leyes de nuestro arte se observan en el mundo invisible donde todo es armonía, orden y proporción. Este tabernáculo ambulante, copia del palacio invisible del Altísimo, que es el mundo superior, se convirtió después en modelo del famoso templo de Salomón el más sabio de los reyes y de los mortales. Este edificio soberbio sostenido por mil quinientas columnas de mármol de Paros, con más de dos mil ventanas, con capacidad para cuatrocientas mil personas, fue construido en siete años por más de tres mil príncipes o maestros masones que tenían por jefe a Hiram–Abif gran maestro de la logia de Tiro, a quién Salomón confió todos nuestros misterios. Fue el primer mártir de nuestra Orden… su fidelidad se debe conservar… su ilustre sacrificio. Después de su muerte, el rey Salomón escribió en jeroglíficos nuestro estatuto, nuestras máximas y nuestros misterios, y este libro antiguo es el código original de nuestra Orden. Después de la destrucción del primer templo y el cautiverio de la nación escogida, el ungido del Señor, el gran Ciro que se había iniciado en todos nuestros misterios designó a Zorobabel como gran maestro de la logia de Jerusalén, y le ordenó poner los cimientos del segundo templo donde fue depositado el misterioso Libro de Salomón. Durante doce siglos este Libro se conservó en el templo de los israelitas, pero después de la destrucción del segundo templo y la dispersión de este pueblo durante el imperio de Tito, el antiguo libro se extravió hasta el tiempo de las cruzadas, cuando se encontró parte de él después de la toma de Jerusalén. Se descifró este código sagrado y sin penetrar en el espíritu sublime de todos los jeroglíficos que se encontraron, se resucitó nuestra antigua Orden de la cual Noé, Abraham, los patriarcas, Moisés, Salomón y Ciro habían sido los primeros grandes maestros.

He ahí, señores, nuestras antiguas tradiciones. He aquí ahora nuestra verdadera historia. Desde los tiempos de las guerras santas en Palestina, varios príncipes, señores y artistas se unieron, hicieron voto de restablecer los templos de los cristianos en Tierra santa, se comprometieron por medio de un juramento a emplear su ciencia y sus bienes para devolver la arquitectura a su primitiva constitución, rescataron todos los antiguos signos y las palabras misteriosas de Salomón, para distinguirse de los infieles y reconocerse mutuamente... (y decidieron) unirse íntimamente con.... Desde entonces y después, nuestras logias llevaron el nombre de logias de San Juan en todos los países. Esta unión se hizo a imitación de los israelitas cuando construyeron el segundo templo. Mientras unos usaban la paleta y el compás, los otros los defendían con la espada y el escudo. Después de los grandes reveses de las guerras sagradas, la decadencia de las armadas cristianas, y el triunfo de Bendocdor Sultán de Egipto durante la octava y última cruzada, el hijo de Enrique III de Inglaterra, el gran príncipe Eduardo, viendo que ya no había seguridad para sus hermanos masones en Tierra santa quiso que todos lo acompañaran cuando las tropas cristianas se retiraron y esta colonia de adeptos se estableció así en Inglaterra. Puesto que este príncipe estaba dotado de todas las cualidades del espíritu y del corazón que forman a los héroes, amó las bellas artes y sobre todo nuestra gran ciencia. Estando en el trono, se declaró gran maestro de la Orden, le otorgó varios privilegios y franquicias, y desde entonces los miembros de nuestra cofradía tomaron el nombre de francmasones.

Desde esta época Gran Bretaña se convirtió en la sede de la ciencia arcana, en la conservadora de nuestros dogmas y en la depositaria de todos nuestros secretos. Desde las islas británicas la antigua ciencia comienza a pasar a Francia. La nación más espiritual de Europa se convertirá en el centro de la Orden y derramará en nuestros estatutos las gracias, la delicadeza y el buen gusto, cualidades esenciales en una Orden cuya base es la sabiduría, la fuerza y la belleza del genio. Es en nuestras logias que en lo sucesivo los franceses verán, sin viajar, como en una pintura sintetizada, las características de todas las naciones y es aquí donde los extranjeros aprenderán por experiencia que Francia es la verdadera patria de todos los pueblos.

NUESTRA REVISTA


HEREDOM representa la esencia céltica en los orígenes del escocismo. HEREDOM contiene el núcleo del espíritu iniciático que anima los contenidos originales de los grados que llegaron a conformar la estructura del Rito Escocés Antiguo y Aceptado.
La Masonería básica, fundamental y primitiva, se define en tres grados: los tradicionales de Aprendiz Ingresado, Compañero de la Hermandad y Maestro Masón. Los sistemas posteriores que agruparon los grados adicionales o laterales se conformaron algunos años despúes de fundada la Masonería moderna en Londres, 1723.
Las explicaciones que apoyan el creacionismo de grados son variadas y complejas. La más aceptada oficialmente es la que sostiene que un masón, nativo de Ayr, Escocia, pronunció un discurso -calificado como "célebre"- en París, hacia 1738, y en él sostenía que la Masonería no radicaba sus orígenes en el Arte de la Construcción, sino en las tradiciones de la caballería cristiana, los cruzados. Este masón, fuertemente ligado a la corrente estuardista -contraria a la Casa de Orange- fue Michel Andrew de Ramsay.
Este mensaje abrió la puerta a la imaginación, la inspiración y la inventiva de los masones franceses que no terminaban de conformarse con la sencilla ritualidad de la Masonería inglesa, fiel heredera de los tradición gremial, aunque hartamente modificada, al decir de "los Antiguos" irlandeses liderados por Lawrence Dermott.
El caso es que la máquina manufacturera de grados no dejó de parar. Finalmente, en Francia, se fundó el denominado RITO DE PERFECCIÓN en 25 grados; luego, Esteban Morin fue comisionado por el órgano administrador de este Rito -el Consejo de Emperadores de Oriente y Occidente, radicado en París- para traer el sistema a América, y luego de varios años acabó por asociarse con masones judíos de Charleston, Carolina de Sur, EE. UU., quienes le agregaron al sistema de 25 grados 8 más, creando lo que se conoce como Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Este Rito, en verdad, es de origen francés y creado en Estados Unidos, por lo que bien debería calificársele como "Rito franco americano" y se estableció en 1801.El primer SUPREMO CONSEJO de este Rito, en el mundo entero, se creó en Charleston, Carolina del Sur, EE. UU., en 1802. Es, el R. E. A. y A, un método de trabajo realmente moderno, aunque las tradiciones -solo las tradiciones- que contienen sus grados son antiguas.
La tradición de HEREDOM está presente en el hálito iniciático fundacional de este sistema de altos grados; grados invitacionales y trabajados en Cuerpos Apéndice de la Masonería Gremial, antigua y primitiva,tambien conocida como Masonería Simbólica.
HEREDOM tiene ya en su haber 4 números editados fisicamente, pero ahora es una Revista Libre que no representa a nadie sino solo a los masones libres que practican el Rito Escocés.
Iniciamos hoy esta aventura electrónica que esperamos sea exitosa y en la que nuestros hermanos podrán opinar, contribuir y publicar sus trabajos y colaboraciones para difundir los buenos oficios del Rito Escocés de la Francmasonería.