miércoles, 26 de diciembre de 2007

INICIA LA NAVIDAD

Para los cristianos, los no cristianos son paganos.
Para los musulmanes, los no mulsulmanes son infieles.
Para los judíos, los no judíos (de religión) son gentiles.
Para los masones, los no masones son profanos.

La realidad es que la condición de masón no implica negación de una u otra religión. Para los adherentes al Islam y al Vaticano si está expresa la prohibición de ser masones y al mismo tiempo católicos o musulmanes. Pero para el maón de fe y convicción NO.
La masonería no es excluyente, sino incluyente.
En México, la mayoría de los masones nos asumimos cristianos porque nacimos y crecimos en familias cristianas, ya católicas o ya evangélicas. Pensamos que, por lo tanto, en mensaje sublime de Jesús, el Cristo, es perenne y no se opone al mensaje de la masonería.
Pensamos que se puede ser masón y cristiano a la vez.
La verdadera NAVIDAD no es una fecha ni un festejo, y las posadas, tan tradicionales en México, no son festines ni bailongos, sino simbolismo sublime de cristianismo.
Dejar que Jesús impregne nuestras vidas es asumir el paso de la Escuadra al Compás. El Reino de Dios proclamado por Jesús es en realidad el reino del Compás, esto es, de lo sutil, lo sublime, lo excelso, o dicho de otra manera: el abandono del mundo material y de deseos para abrazar el Reino del Espíritu.
La Navidad inició con la Noche Buena y concluirá, por decirlo así, el 6 de enero, con el advenimiento de los Reyes Magos.
Pero en en el fondo, la Navidad debe ser una fiesta del espíritu, una fiesta de todos los días del año: Jesús debe renacer en nuestros corazones todos los días. Así de simple, y así de complejo.

viernes, 14 de diciembre de 2007

LA CIENCIA Y LA FE

Muchos se ocupan en pretender demostrar científicamente que los supuestos o las verdades de fe de las religiones son falsas. Cuestionan, por ejemplo, el misterio sublime de la resurrección del Señor o bien sus milagros o señales consignados en el Evangelio y testificados por cientos de personas en "aquéllos tiempos".
Las verdades de fe son indiscutibles, no porque sean verdaderas para todos -incluyendo para los no creyentes- sino porque toda discusión acerca de ellas es, por naturaleza, inútil.
¿A dónde conduce una discusión de este tipo?, ¿que beneficios puede conllevar algo así?, acaso ¿alguién triunfa y vence al contrario?
El hombre de ciencia busca y encuentra, explica y postula principios, leyes y verdades del mundo físico o natural. Pero el hombre de fe -aún aceptando éstas- cree en realidades que en este mundo no se dan, sino solo en los mundos sublimes y espirituales; las verdades de fe forman parte de otros mundos que son esenciales, y como tales, imposibles para los ojos físicos. La resurreción del Señor y sus milagros, por ejemplo, son perfectamente válidos para el creyente y no para el racionalista empeñado solo en aceptar "solo lo que ve", como Tomás, el incrédulo.
El hombre, decimos en El Colegio Invisible, es un ser pensante, pero también es un ser creyente. Acá, en los Talleres de El Colegio, sostenemos que el hombre intiligente cree y sabe, es decir, él esta entre la ciencia y la virtud, entre la materia y el espíritu, o sea: ¡Entre la escuadra y el compás...!

lunes, 3 de diciembre de 2007

CREER O NO CREER

El masón es un creyente. Anderson, desde las Constituciones de 1723, aprobadas por la Gran Logia de Inglaterra -organismo Madre de la masonería moderna- estableció que el masón que conoce bien el Arte, no podrá ser jamás ni libertino religioso ni estúpido ateo. La idea es clara, más allá de elucubrar si solo pueden ser masones los ateos inteligentes y no los estúpidos.

No puede ser masón quien niegue la existencia de Dios. La masonería, cualquiera que sea el rito o método de trabajo, se basa en la existencia de Dios, más que en la creencia en él.

Si Dios no existiera, dice Poignout, "la masonería desaparecería por falta de fundamento, aunque persistiera la creencia en él".

Vivimos tiempos de gran confusión espiritual. Siguen vivas las raíces del ateísmo, aunque el número de ateos confesos es más bien bajo. Abundan más los agnósticos, que no se atreven a creer, pero tampoco a negar la existencia de Dios y su revelación. No son pocos los que se dejan seducir por formas de religiosidad oriental o por prácticas ocultistas. Pero sin duda el grupo más numeroso es el de los indiferentes a toda inquietud trascendente. Pese a esa diversidad de posiciones, son muchas las personas que debaten entre la fe y la incredulidad.

La masonería -sin ser religión- ayuda al masón a encontrarse a sí mismo por medio de la razón y de la FE. No sustituye ninguna religión ni se proclama superior a ellas. Solo le proporciona los elementos para comprender mejor su razón de ser en el mundo.

Todos los sistemas masónicos -incluyendo a la masonería primigenia: la azul- respetan la libertad del masón; pero no pueden (si son masonerías regulares) manifestarse, ni ateas ni agnósticas. La masonería se basa en la existencia de Dios... y en su voluntad revelada en el mundo; por eso, el Gran Arquitecto del Universo es creador, arquitecto y constructor y su obra es una manifestación en el mundo. Respecto de la existencia de Dios, para la masonería regular, la cuestión es, a fin de cuentas, algo que no esta en la mesa de debates; no hay vuelta de hoja. El masón confiesa su convicción en Dios mientras recibe la iniciación en el primer grado.
No puede engañarnos, pues si persiste en su ateísmo -en el caso de que lo sea- no nos engaña, más bien se engaña él mismo. La pregunta que debemos hacerle es, ¿qué haces en la Logia?

El Rito Escocés proclama, en sus divisas de los Grados 30º y 32º, alusivas apelaciones a Dios y su preeminencia para el hombre y para el mundo.

ORDEN EN EL CAOS O CAOS EN EL ORDEN

La expresión que constituye la divisa del Rito Escocés -Ordo ab chao- (se pronuncia "cao" y no "chao", ya que es latín y no italiano) tiene una connotación eminentemente iniciática.
Dios -el Jeovah bíblico- durante la creación puso orden en el caos, y el orden es Su Cración. La parte visible de ésta -el Malkut- es Su Voluntad manifestada en el mundo. El Gran Arquitecto del Universo es un Constructor que hace, que construye y que manifiesta su voluntad en el orden del mundo. No es Dios -Gran Arquitecto del Universo, nuestro Padre Celestial- en modo alguno una abstracción informe, sino una fuerza espiritual cuya existencia y grandeza podemos apreciar con solo abrir los ojos, sentir y percibir la realidad por medio del pensamiento. ¿No acaso el iniciante conoce el argumento de que la existencia del pensamiento es la mejor prueba de la existencia de Dios?
Del caos surge el orden y en el orden no puede existir forma alguna del caos.
Ciertamente, es difícil asimilar que de la confusión, de la inestabilidad, en fin, del caos, se consiga alcanzar un estado organizado y progresivo que de forma a la realidad y a la existencia. Tal es una de las tesis preferidas de las ciencias de la naturaleza, pero muchas veces desconfiamos del hecho que un sistema pueda generar su opuesto. Las ciencias sociales no escapan a estas tesis.
Entonces, a pesar de las afirmaciones científicas, la gente huye del caos como el diablo huye de la cruz y los vampiros del ajo.
¿Acaso la vida se ha desestructurado? Debemos admitir que el orden del mundo (la vida y la sociedad) ha cambiado notablemente en los últimos años. La globalización ha puesto, se dice, un nuevo orden en el mundo. Para bien o para mal, ahi esta.
Pero nosotros referimos -en la masonería escocesa (4º al 32º)- un Orden como resultado de la voluntad divina que ordena y da forma a la Creación.
Existe también, dentro de cada uno de nosotros, una diversidad de formas del caos y cada micro constructor -ya que el macro solo es UNO- esta llamado, por virtud de su fe, su valor y su celo, y por medio de su trabajo iniciático, ha ordenarse a sí mismo en la búsqueda perpetua de su evolución y avance hacia la perfección, la que siempre resulta un ideal, pues esta claro que ésta es imposible de lograr, ya que ella solo es un atributo del Creador, Supremo Arquitecto del Universo.
¿Qué hay en el interior del alma humana, en su espíritu? Si no hay trabajo interior, lo que debe haber es caos...