jueves, 25 de febrero de 2010

NOS DESPEDIMOS!

Ha sido un honor servir a la Masonería -especialmente a la escocesa- desde esta páginas. La maravilla de la tecnología nos ha permitido compartir ideas, sentimienos, aspiraciones, anhelos, críticas y opiniones sobre el quehacer del escocismo en México y con todos los hermanos del mundo.

Nuestra aspiración fue siempre propiciar el análisis, la crítica y los puntos de vista sobre los grandes temas del rito predominante en México, el escocés. Ésta no fue siempre bien entendida.

Pero ha llegado la hora de saludar a todos los hermanos y decirles hasta pronto. Las organizaciones siguen su curso. La Masonería es más que un Rito. Hay más, mucho más.

Saludos a todos los hermanos de México y del mundo.
Después de todo... Ordo ab Chao.

viernes, 22 de enero de 2010

MASONERÍA EN LA HISTORIA DE MÉXICO

La masonería llega al México colonial en la segunda mitad del siglo XVIII de la mano de emigrantes franceses asentados en la capital, quienes serán acusados y condenados por la Inquisición local. De igual modo, aún sin sustento documental, es muy probable que existiesen logias itinerantes en el seno del ejército realista español destacado en la Nueva España. A su vez, es muy posible que en el movimiento criollo primero autonomista y posteriormente independentista, existieran masones, vinculados a la Orden a través de las ideas ilustradas de finales del siglo XVIII. Sin embargo, historiadores masones y no masones de la talla de León Zeldis Mendel y José Antonio Ferrer Benimeli, han apuntado reiteradamente que la masonería latinoamericana ha construido su propia mitología, alejándose de la cientificidad que tal empresa requiere.

La confusión entre Sociedades patrióticas latinoamericanas y logias masónicas es tentadora, ya que a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, la estructura operativa de ambas es muy parecida, tal como lo apunta la historiadora Virginia Guedea.
José María Mateos, prominente político liberal, es quien afirma en el año de 1884, la pertenencia a la masonería de ilustres autonomistas e independentistas como Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón e Ignacio Allende [cita requerida].

Según Mateos, quienes pronto echarían a andar el movimiento que desembocaría en la independencia de México, fueron iniciados en la calle de Las Ratas Nº4 (hoy Bolívar Nº73), en la logia que allí funcionaba, "Arquitectura moral". Lo cierto es que nunca se ha podido probar documentalmente siquiera la existencia de dicha logia. De igual modo, no está probado que importantes líderes independentistas como el mencionado Miguel Hidalgo y José María Morelos fuesen masones. Por el contrario, sin ser definitivas, las débiles pruebas documentales existentes apuntan a que posiblemente el primer gobernante del México independiente, el emperador Agustín de Iturbide, así como el fraile dominico fray Servando Teresa de Mier sí fuesen masones. En los juicios que la Inquisición emprendió contra los autonomistas e independentistas, el cargo de pertenencia a la masonería era común, ya que garantizaba la imposibilidad de probar la inocencia del acusado, dado el carácter clandestino de la Orden. Así, los archivos de la Inquisición no hacen si no aumentar la incertidumbre sobre el tema.

A partir de la independencia en el año de 1821, buena parte de los gobernantes de México, hasta 1982, presumiblemente pertenecieron a la masonería. Apenas se produjo la independencia política, las pocas logias existentes salieron a la luz, multiplicándose rápidamente. Con la llegada oficial del agente y ministro plenipotenciario estadounidense Joel R. Poinsett, la naciente masonería mexicana se divide en dos corrientes políticas nunca definidas del todo. Poinsett promueve la creación de logias del Rito York, proclives a los intereses estadounidenses. Frente a la materialización de la doctrina intervencionista del Destino manifiesto estadounidense, se oponen los masones más conservadores, reunidos en la incipiente Logia Escocesa del entonces joven Rito Escocés Antiguo y Aceptado, encabezada por el médico barcelonés del último virrey, Manuel Codorniu Ferreras, a través de su periódico "El Sol".

Así, alrededor de las logias yorkinas se reunirán los masones cercanos al liberalismo estadounidense, al tiempo que quienes posteriormente serán nombrados "conservadores", permanecerán cercanos a las logias escocesas herederas del liberalismo español. Al poco tiempo, los masones que no veían con total simpatía ninguna de las alternativas existentes, optaron por una tercera vía consistente en la fundación, en el año de 1825, de un rito de corte nacionalista que fue el Rito Nacional Mexicano, cuyos integrantes pretendían la creación de un modelo político y de gobierno propio de México.

Cabe advertir que esta definición político-ritualística ha sido muy poco estudiada. Las últimas investigaciones apuntan a una etiqueta político masónica ambigua, dado que la existencia formal de partidos políticos, así como la propia consolidación de las instituciones masónicas, no se materializarían en México si no hasta avanzado el siglo XIX.

Al llegar al país el emperador Maximiliano I de México en 1864, una comisión del Grado 33°, y miembros del Supremo Consejo del Rito Escocés Antiguo y Aceptado se entrevistaron con él, a fin de ofrecerle el título de Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo y Gran Maestro de la Orden. El monarca acogió benévolamente la comisión pero declinó los cargos, no obstante consintió en que se le proclamara Gran Patrono o Protector de la Orden, títulos que de ninguna manera implicaban pertenencia a la masonería. En cambio, nombró a dos caballeros de su corte, poseedores de toda su confianza, para que le representaran en los Altos Cuerpos. Estos caballeros fueron iniciados y elevados al Grado 33° con extrema rapidez por el Supremo Consejo.
Durante la ocupación militar francesa que sostuvo a Maximiliano I en el trono, arribaron a México diversas logias militares francesas dependientes del Gran Oriente de Francia, mismas que se disolvieron al tornar las tropas a su patria. Es muy probable que estas logias itinerantes trabajasen en el Rito Francés, pero dada su condición de tropas invasoras finalmente derrotadas, no dejaron huella ritualística alguna. En el museo masónico del Gran Oriente de Francia se conserva el estandarte de una de estas logias. El Emperador Maximiliano, junto con los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía fueron juzgados por el delito de Traición a la Patria y condenados a morir fusilados, sentencia que se cumplió el 19 de junio de 1867 sin que mediara orden en contra del presidente Benito Juárez, a pesar de las múltiples peticiones de clemencia emitidas por diversas personalidades políticas, intelectuales y artísticas, tanto de Europa como de América.

La pertenencia a la masonería de Maximiliano I nunca ha sido probada, aunque a partir de la hipótesis de su pertenencia a la Orden se desarrolla la curiosa leyenda de Justo Armas. Por el contrario, a pesar del talente profundamente liberal de los gobiernos de Maximiliano, tanto como virrey en el reino Lombardo-Véneto, o como emperador en México, los miembros de la familia Habsburgo en la línea sucesoria de la corona austriaca no podían ser masones de ninguna manera. Esto era así ya que la utilización del distintivo de "emperador" de la corona austriaca requería la expresa aprobación del Papa romano.

Maximiliano sólo renunció a la línea sucesoria austriaca en el momento de aceptar la corona de México. Este hecho de capital importancia política, no niega que los emperadores austriacos de reconocida tradición liberal, no fuesen protectores discretos de la masonería, sin ser ellos mismos masones. Otro dato importante contradice su pertenencia a la Orden; cuando estuvo preso en la ciudad de Querétaro pendiente del juicio sumario, fue visitado por el general republicano de origen alemán, Carlos von Gagern, quien en repetidas ocasiones se identificó como masón según los usos y costumbres de la Orden. Von Gagern afirma que a pesar de ello, en ningún momento Maximiliano le dio indicios de pertenecer a la masonería.
Tomado de WILKIPEDIA.

lunes, 11 de enero de 2010

LA OSCURA INTOLERANCIA EN LA ORDEN

El discurso oficial de la masonería del Rito escocés en México ha sido siempre la defensa de las libertades y el estado laico. Ha sido tradicional de ella la vocación abiertamente anticlerical. El cuerpo doctrinal de la masonería proclama, además, las libertades, la tolerancia, el libre albedrío y la comunicación o expresión igualmente libre de las ideas, cualesquiera que sea la índole de éstas, ya políticas, ya religiosas o políticas y filosóficas.
Sin embargo, algunas organizaciones masónicas mexicanas parecen estar tocadas de una intolerancia pertinaz, al punto de que sus miembros no pueden cuestionar, criticar, evaluar o postular ideas agudas respecto de esos cuerpos y sus "jerarquías", porque de inmediato aducen traición o insubordinación. Por supuesto, se trata de algunos oscuros burócratas enclaustrados en las oficinas de "ciertas organizaciones masónicas".

Llama la atención la actitud de un oscuro burócrata de un supremo consejo mexicano que, alarmado por las ideas aqui vertidas, ha exigido que el autor de las mismas sea de inmediato suspendido y enjuiciado porque considera que el altísimo cuerpo del que forma parte ha sido lastimado en su dignidad por tal autor.

¿Es una falta grave escribir y denunciar que tal alto cuerpo no debería otorgar grados a diestra y siniestra en una especie de auténtica feria de los grados y solo a cambio del "pago de derechos"?, ¿se peca a la verdad cuando, hasta sus propios funcionarios en el estado dicen que al supremo consejo en cuestión solo le interesa el dinero?, ¿es gravísimo pedir que los grados sean conferidos uno por uno, previo estudio y examen de capacidad de los mismos?

Pues si estas son faltas graves, entonces en el seno de ese alto cuerpo priva la intolerancia y la política del garrotazo a quien expresa opiniones libres y críticas. Y tenemos entonces, en el mismísimo seno de la masonería, la política del garrote para el control de los "hermanos".

¿Cómo, entonces, discursar hacia fuera, hacia la sociedad y los medios de comunicación, lo que se niega hacia dentro?, ¿es ético el doble discurso, la incoherencia y la inconsistencia entre el decir y el hacer?

De ser cierto tal doble discurso, yo habría pensado que el despotismo y la intolerancia solo eran propios del enemigo tradicional de la masonería mexicana: el clero... Pero al parecer... no es así...

Pensamos aqui, y lo decimos al viento, que la masonería del rito escocés mexicano necesita, y con urgencia, una renovación no solo de dirigentes, sino de espíritu, actitud y vocación. El Rito escocés, como lo dicta el Supremo Consejo Madre, Jurisdicción Sur de los Estados Unidos de América, es una universidad para el estudio de la naturaleza humana, para la perfección del hombre; y para que sea una institución seria y respetable, debería gobernarse con base en principios de seriedad académica y masónica.

Los caprichos, la soberbia, la intolerancia y el famoso "efecto jerarquía" -que tanto afecta la estabilidad emocional de muchos masones- deben desaparecer de la mente de nuestros "líderes" para que la grandeza de la humildad, la grandeza de la inteligencia, la grandeza de la moral y de la espiritualidad predominen en todos sus actos y sean, tales grandezas, ejemplo y enseñanza para todos los miembros de la Institución.

Sabemos que la Regularidad -sagrada para un masón bien nacido- no es un acta, o un diploma que se entregue a un cuerpo masónico de una vez por todas; la Regularidad es el apego a principios, normas y a la ritualidad de los grados; la Regularidad, así como se gana, se puede perder en cada sesión o tenida masónica si los dirigentes de las Logias y Cuerpos se alejan de los principios y de las reglas.

La Regularidad no es para siempre, ni es tampoco un galardón colgado de la pared para su ostentación altiva. La Regularidad debería ser eterna si se sabe conservar con la práctica de las reglas masónicas que la definen. Pero hay prácticas irregulares que desdoran todo organismo masónico, así se sienta reconocido mundialmente. Se puede ser reconocido, y a la vez irregular internamente.

Hoy en día, existen en México al menos dos organismos escoceses serios que reclaman tal regularidad; puede que no sea lo mismo regularidad que "reconocimiento", lo cual sabemos y nos queda claro. Pero lo que los masones buscan es la práctica ritual y filosófica dentro de los cánones tradicionales, y no dentro de "usos y costumbres" inventados y totalmente alejados de la tradición. Los masones quieren estudio, conocimiento, fraternidad y reclaman los principios y valores de la masonería: libertad, tolerancia, albedrío... estudio y perfeccionamiento personal.

Ojalá y los miembros de ese alto cuerpo mexicano recapaciten y lo conduzcan en el respeto a la libertad de juicio, opinión y crítica. Ninguna sociedad democrática y libre puede progresar si cancela las libertades elementales de sus ciudadanos. Y menos la masonería... sería el colmo... pero, parece que lo es...

Nosotros nos preguntamos aqui en HEREDOM si un Supremo Consejo, o una Gran Logia, puede cancelar esas libertades solo merced al despotismo ilustrado de algunos de sus oscuros burócratas enclaustrados en sus oficinas administrativas.

¿Será que el espíritu de Federico de Prusia -el último de los déspotas ilustrados- ronda las calles de la Colonia Juárez del Distrito Federal?

domingo, 3 de enero de 2010

EL AÑO NUEVO... FELIZ AÑO NUEVO 2010

Por Q:.H:. Gerardo Bouroncle Mc Evoy

El Año Nuevo comenzó a festejarse el 1 de enero hace relativamente poco tiempo; fue el papa Gregorio XIII quien lo dispuso el 4 de Octubre 1582 para todos los países católicos, al inaugurar el calendario en vigencia, que sustituyó al juliano. Luego, poco a poco, las restantes naciones lo incorporaron como los rusos por ejemplo que fueron los últimos en 1917; y así también se aceptó en todo el mundo que el año comenzara el 1 de enero y no el 21 de marzo o el 1 de abril, como solía serlo en los viejos tiempos. Según el calendario gregoriano, el próximo 1 de enero comenzará el año 2010; pero como se estructuró sobre un error de cálculo cometido por el monje Dionisio el Exiguo (llamado también Dionisio el Enano) al fijar entre cuatro y cinco años antes el comienzo de la era cristiana, la fecha sería otra.

Resultó que Dionisio no soportaba la idea de contar los años desde la asunción al trono del emperador Diocleciano, dado que éste había perseguido con furia a los cristianos, y aprovechó el nuevo calendario para hacerlo a partir del nacimiento de Jesús.

Tras establecer que el Jesucristo había nacido el 25 de diciembre del año 753 "ab urbe condita" es decir, desde la fundación de Roma; decidió que el año uno de nuestra era coincidiera con el 754 AUC, sin percatarse que para entonces la muerte de Herodes llevaba cuatro años de ocurrida. Ahí fue que surgió la pregunta: ¿cómo pudo Herodes mandar a degollar al Mesías en la matanza de inocentes, si él mismo ya estaba muerto?

El recálculo denunció el error pero el calendario gregoriano siguió tal cual.Nuevos estudios basados en lo estimado en el siglo XVI por el astrónomo Johann Kepler, en función de la aparición de la estrella de Belén que en realidad es una triple conjunción de Marte, Júpiter y Saturno en el signo de Piscis; llevaron a proponer que Jesús habría nacido a mediados de septiembre del año 7 y no en diciembre del año 1.

Esto significa que el próximo 31 de diciembre no habría que brindar por el año 2010, que ya pasó, sino por el año nuevo 2017.

Lo dicho no tiene demasiada relevancia, si se observa que otros pueblos -que en lo civil se manejan con el calendario gregoriano- celebran su año nuevo en otras fechas, en función de sus propias tradiciones históricas o religiosas.Por ejemplo, el Año Nuevo chino comienza entre enero y febrero con la primera Luna nueva de Acuario; el Rosh Hashanáh (cabeza de año) judío empieza en el mes de Tisri del calendario hebreo, que equivale a septiembre u octubre del gregoriano; y el Año Nuevo musulmán en el mes de Muharram que, como obedece a un calendario lunar, puede caer en cualquier mes gregoriano.

Respecto a los años, estos también son dispares: los chinos viven en el año 4707 del buey y el próximo 14 de febrero recibirán al año 4708 del tigre.Los judíos transitan el 5769, que establecieron a partir de la supuesta fecha del nacimiento de Adán; en tanto que los musulmanes, cuyo almanaque comienza con la huida de Mahoma a Medina en el año 622, le restan esta cifra al año gregoriano para saber en cuál viven: 1387.

En la ciudad de Buenos Aires, la ley 1550 promulgada en el 2004, instituyó el 21 de junio como año nuevo de los pueblos originarios, en función de que ellos lo celebran en el solsticio de invierno, y por tanto, ese día sus hijos quedan exceptuados de concurrir a clase.

Sin embargo, el comienzo del año astronómico o natural -basado en el ciclo de las estaciones- continúa siendo el equinoccio de primavera en el Norte (de otoño en el Sur), esto es, entre el 20 y el 21 de marzo, cuando el Sol "toca" el punto vernal y la rueda de las estaciones recomienza su vuelta.

En la misma fecha comienza también el año astrológico: entre el 20 y 21 de marzo el Sol "toca" el cero grado de Aries (o punto vernal) primer signo del zodíaco, para luego ir avanzando, cada treinta días, sobre cada uno de los restantes once signos. Entonces, ¿cuándo realmente empieza el año nuevo? Los astrólogos dicen que el año nuevo debería ser personal y que empieza cuando uno llega al mundo, es decir, el "día del cumpleaños".

OTROS FINES DE AÑO
Generalmente el fin de año en muchas religiones y culturas se da con el fin los ciclos solares, ya que en casi todas las religiones se le asigna al sol el máximo poder.

En las culturas prehispánicas la celebración de fin de año era cuando concluía el invierno e iniciaba la primavera. Para los chinos el Año Nuevo Chino no puede ser convertido a una fecha exacta del calendario gregoriano y puede ocurrir entre el 21 de enero o el 21 de febrero. Se basa en el calendario lunar utilizado tradicionalmente en China y la celebración cae en general, a la segunda luna llena, luego del solsticio de invierno boreal, que es el 21 de diciembre. El pueblo judío lleva otra cuenta, ya que no coincide con el mismo calendario y tampoco toman como referencia el A.C. y D.C. Celebran su año nuevo con el "Rosh-hashanáh" y cae dentro del mes de septiembre o comienzo de octubre.


OTROS AÑOS NUEVOS
Algunos radicales ortodoxos celebran el 14 de enero al mantener el calendario juliano.La celebración del Año Nuevo Vietnamita, celebrado junto al Año Nuevo Chino.

El Año Nuevo Islámico se celebra el 1 de Muharram, aproximadamente fines de enero e inicios de febrero.La celebración del Año Nuevo Tibetano se celebra entre enero y marzo.

La celebración del Año Nuevo Iraní es para el equinoccio vernal, el 21 de marzo.

También la celebración del Bahaísmo se da en el equinoccio vernal, el 21 de marzo.

En Tailandia, Camboya, Birmania y Bengala se celebra entre el 13 y 15 de abril.Celebración del Año Nuevo Mapuche es entre el 21 y el 24 de junio, el "We tripantu".

Celebración del Año Nuevo Inca, el 24 de junio en el "Inti Raymi".Celebración del Año Nuevo Judío es generalmente en septiembre.

Celebración del Año Nuevo Etíope, el 11 de septiembre.

EL AÑO BISIESTO
La tierra no gira 365 días alrededor del sol como muchos piensan; en realidad lo hace cada 365 días y 6 horas aproximadamente, esto hace que después de cuatro años se han acumulado 24 horas al año(6x4=24) es decir un día más. Este día se añade para corregir el desfase que existe con la duración real de los años; o sea que cada cuatro años hay que sumarle un día más al calendario."

El año nuevo debe recibirse con una elevación del estado de conciencia y con un firme propósito de superación espiritual. No es exactamente a través de un ritual como conseguiremos este objetivo, sino con la armonía del hombre, la naturaleza y las energías del cosmos, que sólo proviene de una apropiada actitud mental y unidad con las fuerzas del cosmos".