lunes, 26 de mayo de 2008

RITOS EN LA MASONERÍA, PALABRAS DE MAESTRO


Por León Zeldis Mandel, V. M. Ad-Vitam R. L. S. "La Fraternidad" N° 62, Tel Aviv, Israel.


Voy a dividir esta plancha en dos partes. Primero hablaré en general de los distintos Ritos masónicos, y luego haré una comparación entre los dos ritos más extendidos en el mundo, el llamado Rito York, y el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. No cabe duda que las ceremonias masónicas fueron en un comienzo muy sencillas, se trataba de formalizar el ingreso de un nuevo miembro a la cofradía, durante la cena o ágape que constituía la parte más importante de la ceremonia.
En realidad, el neófito generalmente tenía que pagar la comida de toda la logia (y según otra tradición, tenía que regalar guantes a todos los hermanos). Había una sola ceremonia de ingreso, que luego se transformó en dos, una de ingreso, o "aceptación" dentro de la logia, y luego la verdadera "iniciación" cuando se le comunicaba al aprendiz los secretos del Masón, especialmente la palabra secreta y los signos de reconocimiento, y también se le leían las obligaciones de un Masón, los antiguos deberes u "Old charges". Pocos años después de la fundación de la primera Gran Logia de Londres y Westminster, en 1717, la segunda ceremonia se dividió en dos, para formar el trío de ceremonias que existen hasta hoy. En el curso de los siglos, las ceremonias masónicas se fueron multiplicando, haciéndose más complejas, y se fueron organizando en ciclos o grupos de ceremonias, que eventualmente formaron sistemas coherentes llamados Ritos.

Las primeras tres ceremonias que mencioné recién se conservan en una u otra forma en todos los ritos masónicos, pero a ellas se fueron agregando centenares de otras ceremonias basadas en leyendas hebreas, anglosajonas, celtas y cristianas y así se incorporaron al acervo masónico ceremonias relacionadas con diversos capítulos de la Biblia, con los manifiestos Rosacruces, con la historia de los Templarios, con la búsqueda del Santo Grial, y un largo etcétera.Las ceremonias masónicas concluyen otorgando al candidato un nuevo título o condición, llamado Grado. Los Ritos masónicos, entonces, son sistemas organizados de Grados, que pueden ser otorgados mediante ceremonias ejecutadas en extenso, o bien de forma abreviada, o incluso en algunos casos pueden ser otorgados por simple decisión administrativa; por ejemplo, el derecho de un Gran Maestro de "hacer un masón a la vista".

Los tres primeros grados, de Aprendiz, Compañero y Maestro, conocidos como los grados simbólicos, o de oficio (Craft Masonry) son universales y existen en formas muy parecidas en todos los Ritos masónicos.

El primero, de iniciación, comienza el proceso de transformación del profano en masón; es una ceremonia de limpieza o purificación, de dejar al hombre que ingresa a la Masonería limpio de todas las impurezas mentales que contaminan su espíritu. Nótese la coincidencia de "mental" con "metal". Refinar el metal o refinar la mente, eliminando las escorias en ambos casos.

El segundo grado, de compañero, marca un período de aprendizaje y preparación para la prueba fundamental de la vida, representada en el tercer grado, de la que sale el candidato como Maestro Masón.

Existen dos tipos de ritos masónicos, uno, los ritos que podríamos llamar tradicionales o históricos, y el otro son ritos inventados. Los más famosos de los primeros son el Rito York, o rito inglés, practicado en la mayoría de las logias de habla inglesa, el rito Escocés Antiguo y Aceptado, practicado en América Latina y en varios países europeos, especialmente los "latinos", y el Rito Adonhiramita, que en la actualidad sobrevive sólo en Brasil.

Los ritos "inventados" son el Rito Schroeder, practicado en Alemania y otros países de habla alemana, el Rito Sueco, practicado en todos los países escandinavos, el Rito Francés, el Rito Mexicano, etc.

El más famoso de estos ritos es uno que ya no se practica, o que subsiste esporádicamente sólo en algunas logias irregulares en Brasil y otras partes: el Rito Misraim o Memphis-Misraim. No voy a entrar a describir las características de estos ritos, su composición, historia y evolución, ya que necesitaría no unas páginas, sino algunos gruesos volúmenes. Recuerden también, queridos hermanos, que lo que he mencionado no son sino una ínfima parte de la enorme variedad de ritos y ceremonias masónicas que han aparecido en el curso de los siglos. Para darles una idea, en la Enciclopedia Masónica de Coil, bajo el vocablo Ritos, figuran no menos de 121 ritos diferentes, cada uno de los cuales comprende numerosos grados o ceremonias, que pueden llegar a más de una centena.Y esa lista no pretende ser completa.

Paso entonces a examinar los Ritos York y Escocés.
No puedo dejar de mencionar que existen varios ritos que incluyen el término "Escocés", como ser el Rito Escocés Rectificado y otros. Yo me refiero únicamente al Rito Escocés Antiguo y Aceptado, cuya estructura actual fue establecida en los Estados Unidos en 1801 y luego formalizada en la Conferencia Internacional de Lausana de 1875.

Respecto al Yorkino, existen igualmente muchas variedades, quizás la más famosa es el llamado Rito o Ritual Emulación ("Emulation Working"), que se supone que conserva fielmente los rituales promulgados en Inglaterra después de la unión de las dos Grandes Logias en 1813, rituales que no fueron escritos, sino sólo demostrados en la llamada Logia de Reconciliación de 1816. La Logia Emulación trabaja desde entonces todos los viernes en la tarde en la sede de la Gran Logia Unida de Inglaterra, demostrando los rituales de los tres grados y absolviendo las consultas sobre aspectos del ritual.
El Ritual Emulación también se transmitía sólo de palabra durante más de un siglo, solamente en 1934 apareció una edición no oficial, podríamos decir "pirata", y en 1969 solamente fue aprobada su publicación oficial, pero dejando en clave las palabras secretas o importantes para entender la ceremonia, de manera que un profano, aunque compre el libro, no podrá aparentar ser masón. Una última observación, por motivos obvios, me voy a referir únicamente al ritual de primer grado. Lo que me está permitido decir es que la ceremonia de segundo grado es totalmente distinta entre los dos Rituales, pero la de tercer grado en cambio es muy parecida, lo que refleja su importancia en la estructura de la Masonería. Vamos a la apertura. ¿Cómo comienza a abrir la logia el Venerable Maestro? En el sistema escocés, ya sabemos, dice "Silencio en Logia, mis hermanos", mientras que en York dice "Hermanos, ayúdenme a abrir la logia".

El simbolismo, o significado esotérico de estas palabras en el Rito Escocés ya ha sido explicado en nuestra logia. Se trata del silencio mental así como el físico. Las palabras en el Rito York también tienen un profundo significado. El Venerable necesita la ayuda de sus hermanos para poder abrir los trabajos. Es decir, la tenida sólo puede efectuarse con el trabajo conjunto de los presentes; no basta que el Venerable de un golpe de mallete, como en una sesión profana. Los pasos siguientes son casi idénticos en los dos rituales, se trata de determinar si la logia está a cubierto y si todos los presentes son masones. Estos pasos preliminares son importantes, pues así se confirma que la logia puede trabajar sin peligro de que los secretos masónicos sean expuestos a la curiosidad de los profanos.A continuación, siempre en ambos rituales, se describen las tareas de los principales Oficiales, con mucho más detalle en el ritual York.

Luego, en ese ritual, el Venerable invoca el auxilio del Gran Arquitecto y declara abiertos los trabajos en su nombre. El Venerable Pasado Inmediato abre el Volumen de la Santa Ley, arregla las herramientas y abre el Cuadro del grado. En el Escocés, en cambio, viene primero un largo diálogo entre el Venerable y los oficiales de la logia, refiriéndose a puntos principales del ideario masónico. En algunas logias, el Volumen de la Santa Ley lo abre el Maestro de Ceremonias: en otras, como la nuestra, es tarea del Orador, y se forma la bóveda misteriosa.El cuadro del grado, o Plancha Trazada, pertenece al rito York. No existe en el Rito Escocés. En nuestras logias en Israel lo hemos introducido, para no herir los sentimientos de los oficiales de la Gran Logia, que aceptaron a regañadientes la fundación de nuestra logia.
Hoy podríamos prescindir de ellos, pero ya se han convertido en tradición y no vale la pena innovar en la materia. Los cuadros tienen gran simbolismo, y no afectan en nada la marcha de los trabajos. Paso a la ceremonia de Iniciación. Ya todos ustedes recuerdan la ceremonia que pasaron o experimentaron en nuestra logia. Con pequeñas diferencias de detalle, la misma ceremonia se practica en todos los países de América Latina, España, Italia, Portugal y Francia, así como en otros países donde se sintió la influencia del Gran Oriente y la Gran Logia de Francia.

Voy a sintetizar nuestra ceremonia: Cámara de Reflexión, lectura del testamento, alarma a la puerta del templo (golpes violentos e irregulares), identificación del profano, confirmación de que nada ve, que siente la punta de la espada, explicación del Venerable, pedida reiterada de confirmar su deseo de seguir con la ceremonia, viaje fuera del templo, oración (Invocación), interrogatorio (virtud, vicio), lectura de las obligaciones (Exhortación), primer juramento, el cáliz de la amargura, los tres viajes simbólicos con la purificación por el aire, el agua y el fuego, la marca indeleble en el pecho, el llamado a la caridad (prueba que no le quedan metales), segundo juramento, luz al candidato, las espadas y las manos extendidas, consagración, entrega del mandil, los guantes, la Acolada, los secretos del grado, la Proclamación, las herramientas, quema del testamento, el ramillete de flores, asiento en la esquina NE.

Es una ceremonia sumamente larga, compleja, plena de simbolismo, que sólo después de reflexionar sobre su contenido puede ser apreciada en todo su valor. Por eso se le pide al neófito que relate sus impresiones, y como se trata de una reacción personal, esa pequeña plancha no se puede comentar, ni alabar ni discutir.Veamos ahora la iniciación según el Rito York. También voy de enumerar las etapas sin describirlas: Preparación del candidato (no hay Cámara de Reflexión), tres golpes bien separados a la puerta del templo, identificación del candidato, punta de la espada, pregunta del VM si el candidato es hombre libre y adulto, oración, circunvalación presentando al Candidato ante el Segundo Vigilante, el Primer Vigilante, interrogatorio del Venerable Maestro, se hace avanzar al Candidato el Altar con tres pasos gradualmente más largos, juramento, luz al Candidato, explicaciones del Venerable sobre la ceremonia, secretos del grado, repetidos por el Guardián Interno, luego el Venerable regresa a su puesto y el Neófito le es presentado y se repiten los secretos en forma de catecismo, lo mismo se repite con el Primer Vigilante, investidura del mandil, golpe sobre el mandil, explicación del Venerable, el Neófito es colocado en la esquina NE y el Venerable da una larga explicación, acto de caridad, herramientas, presentación de la Carta Constitutiva de la Logia, después de vestirse, se le leen al Neófito las obligaciones ("Charge after Initiation").
En tiempo, la ceremonia York no es mucho más corta que la Escocesa, pero existen diferencias fundamentales.Veamos primero las coincidencias. En ambos rituales la preparación del candidato es la misma, se identifica el candidato antes de permitir su ingreso al Templo, la punta de la espada sobre el pecho, la Invocación, la marcha del aprendiz, el llamado a la caridad (pero en distintos puntos de la ceremonia), otorgamiento de la luz, posición en la esquina NE, pero en momentos diferentes.

Las diferencias son muchas y significativas. El Rito escocés tiene mucho simbolismo alquímico y esotérico, mucho más que el Yorkino.

Por ejemplo, la cámara de reflexión con su simbolismo alquímico (azufre, sal, mercurio, VITRIOL, etc.), el viaje hasta llegar a la entrada de la Logia en una caverna (por eso se agacha el Candidato), los tres viajes purificadores por los elementos tradicionales, la copa de la amargura, la marca indeleble, el testamento y su incineración. ¿Por qué estas diferencias?

Hay suposiciones, no una respuesta científica.

El Rito Escocés, como es bien sabido, tiene sus orígenes en Francia, donde los intelectuales de la Ilustración sintieron gran atracción hacia lo oculto, el Rosicrucianismo, el esoterismo de la antigüedad (Hermes trismegisto). Los autores como Campanella, Kirschner, Paracelso, hicieron sentir su influencia sobre los masones especulativos continentales, mientras que en Inglaterra, esta influencia fue menor, y en cambio las tradiciones de los constructores operativos jugaron un papel más importante en la evolución de los rituales.Una última observación, los secretos del grado, o sea el toque del Aprendiz, la señal al orden, la palabra sagrada, son idénticos en los dos rituales.

Existen, sin embargo, dos signos adicionales en el Rito York que no existen en el Escocés: la Señal de Guardia ("Due Guard"), que recuerda como s. la B. el Candidato durante su juramento, y el Signo de Fidelidad.

En nuestra logia, este último lo usamos sólo durante la Ceremonia de Instalación del nuevo Venerable Maestro, cuando tenemos numerosos visitantes de la Gran Logia, y como esa ceremonia de Maestro Instalado no existe en el Rito Escocés, practicamos los signos del Rito York sin problema.

lunes, 19 de mayo de 2008

¿COSTUMBRES? ¡CAMISAS DE FUERZA!

Por Cuauhtémoc D. Molina García. Xalapa, Veracruz, México.

Desde los tiempos fundacionales de la Masonería, la práctica logial era representar los rituales de memoria. Los Estatutos de Shaw ya disponen estos procedimientos en sus dos versiones, y datan ambas de la segunda mitad del siglo XVI, esto es, de los años 1560, d. c.

Consecuencia de esta tradición fueron los poco deseables usos y costumbres, que en los tiempos actuales nadie sabe cuáles ni cuántos son.

Para colmo, muchos en la Orden confunden los usos y costumbres con meras prácticas acostumbradas, que por su naturaleza son jurisdiccionales. Esto es, se hacen y reproducen aqui, pero no allá. Y luego, los masones localistas, que piensan que su Gran Logia es el "ombligo del mundo", asumen que lo que ellos practican es lo que ejercitan todos los masones del orbe; ni por asomo se atreven, ya no a pensar, sino solo a imaginar, que las Grandes Logias Regulares trabajan con esquemas rituales nada parecidos a los que se usan en nuestros lares.

Nuestros rituales de los grados simbólicos o azules, los practicados en México, poseen un claro acento afrancesado que, por cierto, nada tiene que ver con el Rito Francés. En cambio, las Logias sajonas -en Inglaterra y en Estados Unidos- trabajan, allá el Ritual de Emulación, y en América el Rito York o Americano.

Nostros en México no conocemos las prácticas masónicas más añejas y cercanas a lo que, con toda seguridad, fue la Masonería primigenia. ¿La razón?

Por ejemplo, ¿alguién sabe que es la sirga, el cable town, los due guards?, ¿quiénes son los cowans, los Tylers?, ¿por qué el masón es un viajero y por que el Maestro se hermana con PP. y CC?

Si un masón mexicano pretende visitar logias estadounidenses, inglesas, incluso sudamericanas, podrá presentar sus credenciales, pero estará incapacitado RITUALMENTE, para ser admitido en la Sala de la Logia una vez que el Tyler lo ponga en el "cuartito oscuro" y le someta al clásico "retejamiento". No podrá contestar las preguntas, por la simple razón de que no las conoce, ya que no están en sus rituales afrancesados.

Por otro lado, resulta que para los masones de México es un "uso y costumbre" asumir que lo que no es "rito escocés", no es regular, sino "espurio" e "irregular" (sic).

Tamañas concepciones -miopes y empobrecedoras de la Orden- dominan el alma y el corazón de los masones, especialmente en la provincia, y ellas les impiden abrir los ojos y asomarse al mundo masónico auténticamente regular e internacional. Tales usos y costumbres actúan como un corset que les limita los movimientos, a fuerza de parecer lo que NO ES.

Los usos y costumbres -recordemos que el hombre es un animal de costumbres- contribuyen a distorsionar el espíritu y la forma de la Masonería, así como sus prácticas logiales. Construyen auténticos regionalismos y localismos aldeanos que forman barreras y predios conceptuales y rituales que cancelan, de tajo, el ímpetu universalista de la Institución.

Los masones de una jurisdicción ven con recelo a los de otra, solo porque sus "usos y costumbres" no coinciden con los de ellos. Y así nacen, además, los fundamentalismos, tan odiosos como oprobiosos, las críticas infundadas y los separatismos.

¿Quiénes son los que saben?

La realidad es que las Logias inglesas y americanas tienen entre su tesoro el denominado Rito Emulación (Emulation Rite) cuya finaliad es formar equipos de actores ritualistas, verdaderamente expertos y que representan los rituales para que los Maestros en general, y en especial los que serán Maestros de Logia (los Venerables) vean las escenas y escuchen los parlamentos con el único fin de evitar que INVENTEN y reiventen la masonería, distorsionándola hasta desfigurarla totalmente, como hemos hecho los masones latinos -en especial los mexicanos- que tenemos ahora rituales tan manoseados que son ya irreconocibles.

Hay que tomar en cuenta que los rituales -antiguamente- nunca estuvieron impresos y que no fue sino haste el siglo XX en que se editaron pero con claves y códigos solo reconocibles para los ceremonialmente iniciados.

Y ese es el fin del Rito Emulación: homologar la práctica del ritual para que todas las Logias inglesas y americanas los reproduzcan sin alteraciones.

Pero, para los nacionales, los "usos y costumbres" se erigen como camisas de fuerza, verdaderos corsettes que dominan la práctica de los rituales legítimos e impiden el conocimiento genuino de la masonería.

De modo que no hay que confundir lo que son los usos y costumbres con las prácticas acostumbradas de las Obediciencias, tan caprichosos como variados.
(La belleza no es irreverencia)

domingo, 18 de mayo de 2008

DIRIGENTES DE PAPEL EN LA MASONERÍA MEXICANA

Por Cuauhtémoc D. Molina García
Desde México...
No sé qué pase en el resto del mundo, pero en México, los masones viven descalificándose los unos a los otros del modo más antifraternal posible; unos, adheridos a sus cetros de reyezuelos, creyéndose investidos de la mayor autoridad para desconocer, casi excomulgar, a quiénes participan de otros sistemas o ritos masónicos porque se asumen, a sí mismos, dueños de territorios y jurisdicciones. Otros, también casi cosidos a sus malletes, pasan sus periodos como Grandes Maestros suspendiendo aquí y allá a quiénes les discuten o cuestionan sus decisiones expresando una increíble intolerancia, incluso donde la tolerancia debe ser una virtud y no un simple discurso.

No se que tienen algunos "masonetes" que, una vez ungidos con sus cargos y grados, sienten que son amos de todos, olvidando que los masones son, por definición, seres libres y autónomos y que estan unidos a sus Obediencias por convicción y afinidad con principios y postulados, pero no a personas de escasa o nula autoridad moral para ejercer los cargos que detentan, sobre todo si lo evidencian con su conducta antifraternal y antimasónica.

El autoritarismo de los sistemas masónicos mexicanos es propiciado por muchos factores; en México -donde los hálitos arbitrarios son ancestrales, reflejándose en su sistema político y administrativo y en la cultura misma del país- el grado de informalidad y personalismo caudillista en la dirección de las Obediencias masónicas es más que inaudito. El Estado de Derecho -para la sociedad mexicana- es más que un sueño, es en realidad una ficción. Y esa quimera llamada Estado de Derecho se traslada, por necesidad, al mundo de nuestras instituciones, incluso las no gubernamentales como los clubes de servicio, los sindicatos, la academia y las instituciones fraternales y filosóficas como la masonería.

Uno de esos factores es, sin duda, el cabal desconocimiento que muchos dirigentes expresan y manifiestan cuando sus Logias los hacen maestros al vapor y cuando otros organismos les conceden grados de modo igualmente viciado, esto es, sin la educación ni el estudio necesario de los grados, sus contenidos y, desde luego, sin el tiempo necesario para fraguar masónicamente. Por esta razón, entienden la masonería a su modo, olvidando preceptos, postulados, historia y legislación internacional, que son los elementos que unifican a los masones y los que le dan cuerpo y coherencia a la Institución.

Ignoran estos masonetes altígrados las Constituciones, Preceptos y Normas básicas que rigen la Institución, y resulta increíble que accedan a grados y puestos de mando en la Orden con supina incultura y analfabetismo masónico. La Orden esta llamada a ser ejemplo de ecumenismo, tolerancia y unidad, allende los ritos, las obediciencias y las culturas masónicas en el mundo. Ningun rito masónico es contrario a otro; ninguno compite con otro. Todos los ritos son regulares porque solo son métodos de trabajo iniciático y ninguno es mejor que otro, ni más válido ni más importante o poderoso. Todos son sistemas de trabajo iniciático que acercan al hombre genuinamente iniciado al Ideal Espiritual que la Orden conlleva en sus rituales y en su sublime simbolismo.
Un dirigente masónico responsable debería entender que su misión es hacer grande a la Orden y no fragmentarla con un celo enano y miope que sustituye el paradigma de unidad por el del separatismo fanático, igual o peor que el que hstóricamente han mostrado muchas religiones a lo largo de la historia.

Sin embargo, los líderes de papel de la Institución, se conceden gratuitamente la libertad de excomulgar, del modo más eclesiático posible, a quienes siendo Maestros de la Orden, acceden a los Ritos de su preferencia o a más de dos, si sus posibilidades y capacidad se los permite; además, se arrogan el derecho de hablar "a nombre de todos los masones" para postular o apoyar candidatos de partidos políticos, o bien para criticar iglesias y religiones como si el fin de la masonería fuera ese. Por si fuera poco, algunos que ostentan grados elevados de organismos que administran esos mismos grados, ni siquiera han sido electos por el pueblo masónico que dicen representar, pues se eligen entre ellos mismos y designan sus delegados del modo más autocrático posible, como en la mismísima iglesia romana que muchos cuestinan desde la masonería.

Evidentemente, muchos de estos personajes de papel solo anhelan "ventanearse" y recibir reflectores de la prensa del modo más triste y miserable imaginable. Y esta probado que, más de uno, ha usado sus cargos para obtener del gobierno beneficios personales, y hasta familiares, a costa de una representación que, en democracia pura, nadie les ha otorgado porque nadie ha votado por ellos.

Pero lo grave es que al interior de la Orden estos dirigentes de papel ni dirigen ni conducen a sus Grandes Logias, u otros organismos, a estatus dignos y decorosos de crecimiento y desarrollo masónico, y sí en cambio, han llevado a sus organizaciones a deplorables condiciones en las cuales ni crecen ni se desarrollan, sino todo lo contrario: los organismos masónicos decrecen y caen a niveles internos y de percepción pública y social, tan penosos como lastimosos.

Así, lo que vemos son ejemplos dolorosos, por ejemplo aquéllos en los dirigentes de un rito suspenden a los de otro y viceversa. ¿Quién les ha dicho que es esa su función? Muchos de ellos se parecen a los papas excomulgando a Lutero.

En Sudamérica (Argentina y Perú), la masonería encuentra un nivel de desarrollo envidiable (no se diga en los Estados Unidos y Europa), pues han aprendido los masones a convivir juntos y en armonía, practicando en una misma Obediciencia varios ritos, principalmente el York y el escocés. Un Maestro Masón ingresa a uno y/o a otro rito en ejercico pleno de su libertad, trabaja en ellos para beneficio de sí mismo, de su Logia Simbólica y de su Gran Logia.
El hecho de que un Maestro Masón milite ritualmente en un rito y en otro, no implica deslealtad, traición o apostasía como algunos masonetes creen. Lo que hace masón a un hombre es su Grado de Maestro legítimamente obtenido, de conformidad con el ritual tradicional y ortodoxo y en una Obediencia Regular. Y un grado elevado, cualquiera que éste sea, no hace más masón a un hombre que a otro; y no poseerlo, tampoco desmerece la condición masónica de un hermano. Los grados solo nos otorgan más información y conocimiento, nos hacen vivir experiencias rituales novedosas y satisfactorias, nos conducen a nuevos campos de la tradición iniciatica, pero el Grado de Maestro es, por sí mismo, suficiente para ostentar la condicipon de Constructor del modo más digno y completo. Ningun grado nos hace más importantes ni más poderosos sobre la Maestría. Quién considere lo contrario, no merece ser lo que dice que es.
La masonería mundial tiene, entre sus ritos, a dos que son, por su antiguedad y profundidad, la esencia misma de la Masonería. El Rito York, por su belleza, simbolismo y antiguedad, cierra perfectamente la formación simbólica y espiritual de los Maestros Masones, y el Rito Escocés, por sus doctrinas iniciáticas, sociales y morales inculca los principios de construcción del edificio social. Ambos Ritos -York y Escocés- contienen enseñanzas sublimes y complementarias que construyen la unidad de la masonería, más allá de los grados fundamentales de Apendiz, Compañero y Maestro. Existen, es verdad, muchos otros sistemas, unos más conocidos que otros, pero todos constituyen la expresión sublime de la masonería mundial.

Pero en México, los masones parecen ser unos de la sinagoga, y otros de la mezquita, en la más absurda concepción posible, tan irracional e inadmisible como lo que hacen los católicos con los protestantes y viceversa. Se ha venido dando una pugna absurda y mezquina entre el escocismo y el yorkismo, porque los líderes de papel del primero consideran poseer el poder y la propiedad de la masonería y porque asumen que todo lo que no es "rito escocés" entonces es irregular y "espurio", indignante y atifraternal palabreja, viable entre religiosos fanáticos, pero no entre masones. Algunos masonetes (¿se les puede denominar de otro modo?) se conducen como nuevos Torquemadas, dispuestos a quemar en la hoguera de los decretos suspensorios y en las expulsiones a quienes consideran "enemigos". ¡Hágasenos el favor!

Es una lástima que las cabezas que dirigen (?) la Institución en México promuevan la disolución de la Orden. Es una lástima que en sus cabezas huecas no exista creatividad, inteligencia y talento para encontrar las mejores formas de crecer de modo sano, consistente y digno. Es una pena que en sus mentes y corazones solo exista sed de poder, y que en sus vidas como dirigentes solo persista la egolatría y la mediocridad, pero sobre todo, ignorancia de cómo se encuentra organizada la masonería mundial, tan sorprendente como inadmisible, sobre todo ahora que contamos con los recursos de la tecnología como el Internet.

Algún dirigente eclesial de México dijo, alguna vez, que de los masones la iglesia no se ocupa porque sencillamente no representan ningún peligro, ni para ella ni para la derecha católica mexicana, ya que los masones mismos se destruyen entre sí. ¡Y es una lastimosa verdad!

Por ello, los masones de México necesitamos líderes... líderes que no sean de papel y que estén inspirados en los auténticos principios de la masonería... Líderes que sepan construir con sapiencia, inteligencia y talento las bases de subsistencia del Arte Real.

¿Dónde hallarlos?

miércoles, 14 de mayo de 2008

MANIFIESTO DEL CONVENTO DE LAUSANA

El Rito Escocés Antiguo y Aceptado es el método de trabajo iniciático masónico más extendido internacionalmente de entre los varios practicados en nuestros días.
Sus 3O grados -luego de los grados simbólicos universales, sobre los cuales se erige- vienen a ser otros tantos movimientos de una misma sinfonía que propone al iniciando la más completa gama de valores en su camino hacia lo trascendente.
Los tres primeros grados se imparten y administran en el seno de las Grandes Logias (o federaciones de logias ubicadas en un determinado territorio y presididas por un Gran Maestre electo en voto universal) y los treinta grados siguientes (el Rito en sí) son impartidos y administrados por instituciones denominadas Supremos Consejos, que presiden sendos Grandes Comendadores en los Estados Unidos, también electos. Se trata, pues, de dos cuerpos masónicos diferenciados en cuanto a sus respectivas competencias dentro de la Orden, si bien ello no fue siempre así.
En Francia y en España, el Supremo Consejo del Rito administró (hasta 1894 y 1903, respectivamente) todos los grados del método, asumiendo habitualmente una misma persona las responsabilidades de Gran Maestre y Gran Comendador. Aún hoy día, aunque en número muy reducido, subsiste esa tradición en algunos casos (como el de la Gran Logia de Italia).
El primer Supremo Consejo del R.E.A.A. se constituyó en Charleston (EE.UU.), en 1801, con el propósito de coordinar e impartir la gama de grados iniciáticos creada en Europa (y concretamente, en Francia) a lo largo del siglo XVIII, desarrollando los tres grados masónicos básicos de Aprendiz, Compañero y Maestro, comunes a todos los Ritos. Uno de los miembros franceses de aquel Supremo Consejo, Augusto Alejandro de Grasse-Tilly, que ya había fundado un Supremo Consejo en las Antillas francesas, regresó a Europa fundando los Supremos Consejos de Francia (1804), de Italia(1805) y de España(1811). Surgieron con posterioridad los de Bélgica (1817), Venezuela(1824), Irlanda(1826), Brasil(1829), etc.
En 1834 se produjo una primera tentativa de vinculación entre los diversos Supremos Consejos mundiales, mediante el efímero tratado de alianza suscrito en París por los de Francia, Bélgica, Brasil y del controvertido “Hemisferio Occidental”. A él se unieron los de Italia, España y las Dos Sicilias, reconociendo la versión latina de las Grandes Constituciones llamadas “de Berlín” , de 1786, como norma reguladora fundamental.
Pero fue en 1875 cuando se retomó el propósito homologador y coordinador del fracasado tratado de París, mediante la reunión en Lausana (Suiza) del Convento o Convención que reunió a representantes de11 Supremos Consejos de los 22 existentes entonces (más la adhesión de Chile, que como EE.UU.,Argentina y Colombia, no pudo enviar delegado).
Aquel Convento llevó a cabo la revisión de las Constituciones de Berlín y redactó un Tratado de Alianza y Confederación de los Supremos Consejos del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, publicando un Manifiesto con la Declaración de Principios del Rito y recogiendo en un “Tuileur” (o Código ritual) las características de los diversos grados del método.
Reproducimos aquí, por su interés histórico, el preámbulo y el texto del Manifiesto de Lausana, con la Declaración de Principios. De la repercusión y alcance efectivos de los acuerdos alcanzados trataremos separadamente.


MANIFIESTO DEL CONVENTO DE LAUSANA
Septiembre de 1875


Delegados Convento de Lausana
Desde hace mucho, y sobre todo en estos últimos tiempos, la Masonería ha sido objeto de los más injuriosos ataques.
En el momento en que el Convento, tras haber examinado con la mayor atención las antiguas constituciones del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, conservando con religioso respeto las sabias disposiciones que le protegen y le perpetúan, libera a la Masonería de vanas trabas, queriendo que se penetre del espíritu de libertad que anima a nuestra época; en el momento en que, sobre bases inquebrantables, sanciona una íntima alianza entre los masones de todo el mundo, el Convento no puede disolverse sin responder con una patente declaración a esas deplorables calumnias y enérgicas condenas.
Ante todo, para los hombres que desean conocer sus principios antes de postularse ante la Francmasonería, los proclama mediante la siguiente declaración, que constituye su programa oficial en los términos acordados por el Convento.

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Art.1º.- La Francmasonería proclama, como lo ha hecho siempre, desde su origen,
la existencia de un Principio Creador, bajo el nombre de Gran Arquitecto del
Universo.
2º.- No impone ningún límite a la investigación de la verdad y
exige a todos la tolerancia, a fin de garantizar a todos esa libertad.
3º.-
La Francmasonería está, pues, abierta a los hombres de todas las nacionalidades,
razas y creencias.
4º.- Prohíbe en sus talleres toda discusión política y
religiosa, acogiendo a todo profano cualesquiera sean sus opiniones políticas y
religiosas, siempre que sea hombre libre y de buenas costumbres.
5º.- La
Francmasonería tiene como fin luchar contra la ignorancia bajo todas sus formas,
siendo una escuela mutua cuyo programa se resume así: obedecer las leyes del
país de cada uno; vivir honradamente; practicar la justicia; amar a sus
semejantes; trabajar sin flaqueza por el bien de la humanidad y en pro de su
emancipación progresiva y pacífica.
Ese es el propósito que la Francmasonería del Rito Escocés asume y quiere que sea asumido por cuantos deseen pertenecer a la familia masónica del escocismo.
Pero junto a esta declaración de principios, el Convento necesita proclamar las doctrinas en las que se apoya la Masonería escocesa, deseando que todos las conozcan.
Para dignificar al hombre ante sus propios ojos, para hacerle digno de su misión en la Tierra, la Masonería escocesa proclama el principio de que el Creador Supremo ha dado al hombre la libertad como su bien más precioso; la libertad, patrimonio de toda la humanidad, luz de lo alto que nadie tiene poder ni derecho para apagar ni amortiguar y que es la fuente de los sentimientos de honor y dignidad.
Desde la preparación en el primer grado simbólico universal, hasta la obtención del grado más elevado de la masonería escocesa, la primera condición, sin la que nada puede conseguir el aspirante, es la de poseer una reputación honorable y de probidad incontestada. Requisito que es, por lo demás, exigible en todos los Ritos o Métodos de Trabajo Masónico.
A aquellos para quienes la religión constituye el consuelo supremo, la Masonería les dice: cultivad vuestra religión sin obstáculos, seguid los dictados de vuestra conciencia. La Francmasonería no es una religión y no tiene culto. Propone también una instrucción laica, cuya doctrina está contenida en esta hermosa prescripción:
Ama a Dios con todas tus fuerzas, y al prójimo como a tí mismo.

A quienes, con mucha razón, temen las disensiones políticas, la Masonería les dice: proscribimos de nuestras reuniones toda discusión o debate político; sé un servidor fiel y devoto de tu patria, no tienes que justificarte por ello. El amor a la patria es compatible con todas las virtudes.
¡Se ha acusado a la Masonería de inmoralidad! La nuestra es la moral más pura y más santa; se basa en la primera de todas las virtudes: humanidad. El verdadero masón hace el bien, prodiga su solicitud a los menesterosos, sean quienes fueren, en la medida de su capacidad. Por ello, no puede sino rechazar con disgusto y desprecio toda inmoralidad.
Tales son los fundamentos sobre los que reposa la Francmasonería, asegurando a todos los miembros de esta gran familia la unión más estrecha, sean cuales fueren las distancias que separen a los diversos países en los que vivan. Entre todos, ha de reinar el amor fraternal.
¿Y qué podría dar mejor testimonio de esa verdad que la misma reunión mantenida en este Convento? Sin conocernos unos a otros, procedentes de los países más diversos, a penas habíamos intercambiado las primeras palabras de bienvenida cuando ya surgió entre nosotros la más estrecha unión. Nos estrechamos la mano fraternalmente y, dentro de la mayor concordia, hemos ido adoptando nuestras más importantes resoluciones por unanimidad.
Francmasones de todas las regiones, ciudadanos de todos los países : estas son las leyes de la Francmasonería, estos son sus misterios. Los esfuerzos de la calumnia son impotentes contra ella y sus injurias se quedarán sin eco.
Marchando pacíficamente de victoria en victoria, la Francmasonería escocesa extenderá día a día su acción moral y civilizadora.

EL RITO ESCOCÉS: ESPIRITUALIDAD LAICA

Por HG.
Francia se enorgullece de poseer dos características nacionales: la excepcionalidad cultural y la laicidad.
Si el concepto de laicidad resulta incomprensible en el mundo anglosajón, tiene en cambio su traducción exacta en italiano, español y portugués. Ello se explica por la identidad religiosa de los países latinos, regidos durante largo tiempo por la religión católica, que aún ejerce una influencia cierta, y se vieron en la necesidad de tomar medidas conducentes a su emancipación.
La laicidad tiene dos acepciones esenciales: una social y otra filosófica. Pero posee también una dimensión espiritual, como vamos a ver.
Hija de las Luces, la idea laica, en germen durante los siglos XVI y XVII, se desarrolló durante el siglo XVII. Bajo la influencia de los francmasones de aquella época, se insertó el principio de la libertad de conciencia en el texto de la Constitución de los Estados Unidos, en 1787, antes de que fuera proclamado por la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, promulgara en Francia en 1789, de convertirse más tarde en universal. En ese sentido, el Concordato con Napoleón de 1806, limitó ya el poder de la Iglesia. En función de la intensidad de las fuerzas adversas, la laicidad ha tenido que ser, según los casos, combativa, incluso agresiva, defensiva o simplemente militante. Su edad de oro fue la III República Francesa. El Hermano Jules Ferry hizo aprobar en 1882 la ley que establecía la gratuidad, la obligatoriedad y la laicidad de la instrucción pública. El paralelismo con lo ocurrido en Argentina es sorprendente, puesto que allí la Constitución de 1853 también se completó en 1883 con la instauración de la laicidad, obligatoriedad y gratuidad de la enseñanza.
La laicidad se ha convertido en una consigna que no puede comprenderse sino por oposición al clericalismo triunfante del siglo XIX, cuando la Iglesia trataba de dirigir los Estados y de imponer directrices políticas cristianas. Para la mayoría republicana de comienzos del siglo XX, que contemplaba en Francia la separación de las Iglesias y del Estado mediante la ley de 9 de diciembre de 1905, no se trataba de ningún deseo de aplastar a las religiones, sino de limitar el poder de la Iglesia Católica, aliada de los monárquicos. La Ley de 1905 es explícita: “La República no reconoce (...) ningún culto (en particular)” (Art. 2).
En lo sucesivo, no habría en Francia ninguna Iglesia con privilegios jurídicos y todas la Iglesias (presentes o futuras) son legalmente.
A nivel filosófico, no me extenderé sobre un concepto retrógrado y caricaturesco de la laicidad, nutrido de odio hacia las religiones, de venganza respecto a sus representantes y de desprecio hacia las conciencias encerradas en sus creencias, en resumen, de confusión entre un comportamiento y una verdadera filosofía. Preconizando sin discreción una ideología atea, se cae en el laicismo, pseudo-laicidad que hace del anti-dogma otra forma de dogma y que reclama para sí la tolerancia que niega para las demás.
Por el contrario, la verdadera laicidad es una facultad de carácter al mismo tiempo que una virtud moral y cívica, por ser nobles las cualidades de modestia, de sinceridad y de inteligencia que requiere. Siendo un principio moral, la laicidad es tolerancia y el respeto a los demás que armonizan perfectamente con los Principios del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Como signo de equilibrio interior, implica autonomía del pensamiento, sin recurrir a verdades tenidas por irrefutables e inverificables, como las que ofrecen las religiones. Se trata de una búsqueda leal y prudente de la verdad personal, al mismo tiempo que un esfuerzo sincero por reconocer en todo hombre una parte de la verdad, aunque sea un adversario. ¿No será, entonces, la laicidad uno de los aspectos del derecho a la diferencia, no limitado al color de la piel? Puesto que es una ética que respeta al hombre íntegramente, no puede dejar de respetar su ser interior en lo que tiene de más íntimo y, por ello no prohíbe ni la fe ni la oración. Más aún, no puede sino enriquecer, al tratar de comprender otras formas de pensamiento.
Por lo que respecta a la espiritualidad, ésta tiene también sus contrapartidas, como la consistente en negar la ciencia y tomar partido por lo irracional, confundiendo lo espiritual con lo irracional. Reconocer la existencia del Misterio es una cosa; Pero pretendiendo alzar el velo que lo cubre se corre el riesgo de hundirse en lo sobrenatural, en la afición a adivinar, a los oráculos y a las demostraciones a posteriori, en cuantos casos el orgullo de unos pueda explotar la credulidad y la angustia de otros. El término “espiritualidad” ha sido desvirtuado y conserva una connotación religiosa, cuando, en realidad, no implica necesariamente adhesión a una religión, ni la impide.
La espiritualidad no es una escapatoria de la realidad, sino que emana de la busca de lo que puede estar tras lo aparente, de una busca de la verdad, de una aspiración a lo absoluto. Consiste en una vinculación con los valores que tienden hacia lo infinito, lo sagrado; es la vida interior, la marcha personal hacia lo Bello, lo Bueno, lo Verdadero. Tiene la misma naturaleza que la busca de la Palabra perdida.
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado se caracteriza por la espiritualidad. El Manifiesto del Convento de Lausana, de 1875, redactado por el Gran Comendador del Supremo Consejo de Francia Adolfo Crémieux, se convirtió, desde aquella fecha, en la referencia señera de todos los Supremos Consejos regulares del mundo. Comienza con esta declaración: “La francmasonería proclama, como lo ha hecho desde su origen, la existencia de un Principio creador bajo el nombre de Gran Arquitecto del Universo”. El Credo masónico es que existe una causa primera, de la que son efecto el hombre y el universo.
En el mundo contemporáneo, si el Escocismo tiene un papel insustituible es por ser un sistema iniciático que trabaja glorificando un Principio trascendente. La invocación del Gran Arquitecto
del Universo da a los adeptos el sentimiento de participación en ceremonias que tienden hacia lo que está más allá de lo humano, ayudándolos a encontrar la plenitud del sentido de su vida. Sin ser una oración ni a un acto de fe, transforma el templo en un espacio sagrado y no sitúa en estado de receptividad interior. Esa invocación viene a completar las invocaciones a Sabiduría, Fuerza y Belleza: la Belleza alude a la espiritualidad, elevando la Sabiduría hasta lo maravilloso y enseñando a la fuerza el ritmo mesurado de la armonía.
El Escocismo no rechaza ningún sistema ni ninguna doctrina, sino que, como detalla el mismo manifiesto:

"La francmasonería recibe a todo profano, cualesquiera fueren sus opiniones
políticas o religiosas, de las que no tiene por qué preocuparse, siempre que sea
hombre libre y de buenas costumbres. A aquellos hombres para los que la religión
sea el consuelo supremo, les dice: cultivad vuestra religión sin inconvenientes,
seguid los dictados de vuestra conciencia”.
El Rito Escocés Antiguo y Aceptado confía a cada uno el definir a Dios como su conciencia se lo haga concebir, ya que toda creencia sincera tiene derecho al respeto. De ahí que su divisa sea: Deus meumque Jus (Dios y mi Derecho).
La vía escocesa, que integra la duda constructiva y la búsqueda de verdades universales veladas por símbolos, lleva al adepto hacia un cuestionamiento más amplio, que lleva a encontrar en el estudio de la Tradición el hilo de Ariadna que le conducirá fuera de las tinieblas, hacia la luz.
Del mismo modo que la Masonería escocesa proclama su espiritualidad, declara también su adhesión a la laicidad, como igualmente señala el Manifiesto de 1875: ”La Francmasonería no es una religión ni es un culto; por ello desea la instrucción laica”. Y el Manifiesto finaliza con la siguiente apoteosis: “Su doctrina completa se halla contenida en este bello mandamiento: ama a tu prójimo “. Es tan cierto como que nadie es propietario del amor ni tampoco del espíritu, ya que ambos pertenecen a lo universal.
Con el Rito Escocés Antiguo y Aceptado no hallamos ante una espiritualidad laica que puede ser definida como la eternidad de hoy. Esta definición puede parecer paradójica, pero se aclara si se conoce la etimología del adjetivo “laico”, que procede del griego laicos: “Lo que pertenece al pueblo, a la gente”.
Hay que recordar que “el pueblo” designaba a la población del mundo antiguo conocido en otro tiempo; al conjunto de la humanidad. El sinónimo latino de laico es “universal”, por lo que es el Rito más practicado en el mundo, se comprenderá así mejor el valor de la expresión “espiritualidad laica”. Y, como todos sabemos, el universalismo laico es lo opuesto de la intolerancia que caracteriza al anticlericalismo, al totalitarismo, al integrismo y al fundamentalismo. Ser laico en este sentido significa que el Rito está abierto a todos los hombres de buena voluntad, creyentes o no creyentes, que vivan en armonía bajo los auspicios de la verdadera espiritualidad. Es adogmático para evitar caer en la trampa del dogmatismo.
Dejo la última palabra a un hombre de iglesia que se encontraría muy cómodo en el seno del Escocismo. Se trata del pastor Tommy Falot, que declara:
"Sólo Dios es laico. El hombre sufre enfermedades religiosas clericalmente transmisibles”.

jueves, 8 de mayo de 2008

SEEKING MORE LIGHT


Review of Freemasonry meets the Scottish Rite Research Society.



Ten selected papers plus two Albert Pike's great speeches first published on HEREDOM the Transactions of the Scottish Rite Research Society now available on-line:-

The Mystery of the Royal Arch Word by Arturo de Hoyos, 33°-

The Symbolism of Colors in the Ancient Accepted Scottish Rite by Leon Zeldis 33°

-A Philosophical Background for Masonic Symbolism by W. Kirk MacNulty 32°-

The Order of Kilwinning, the Present Royal Order of Scotland by Alain Bernheim 33°-

St. John’s Day Among the Creek: A Rediscovered Speech of A. Pike by J.T.Tresner 33°,

G.C.-King Solomon and the Temple Builder: a Biblical Reading of Giorgione's Painting "The Three Philosophers" by Neil K. MacLennan, 32°, and Ross S. Kilpatrick-

Understanding Manhood In America - Freemasonry’s Timeless Role by Robert G. Davis 33°-Albert Pike’s Address before the Grand Consistory of Louisiana by Michael R. Poll 32°-

The Degree of Knight of the Sword and of Rose-Croix by W.D.Parker 33° & S.Brent Morris 33°-An Introduction to the High Degrees of Freemasonry by Henrik Bogdan, VII°Plus the text of two Albert Pike's Speeches:-St.John's Address -

A Rediscovered Speech-Address before the Grand Consistory of Louisiana