martes, 15 de julio de 2008

LOS "ALTOS GRADOS" EN LA MASONERÍA


Por Hno:. Alain Bauer

Hay que confesarlo con franqueza, la cuestión de los Altos Grados perturba el debate masónico. Esta perturbación revela dimensiones organizativas (Obediencias contra Potencias), simbólicas (el grado de Maestro ¿es el último grado concedido por las logias azules o el primero de los otros Grados?) diplomáticas; y psicológicas a veces.

Más allá de los interrogantes sobre la transición y la transmisión entre operativos y especulativos, que encuentran, por fin, algunas respuestas gracias a los trabajos publicados por René Desaguliers (ver la colección de Renaissance Traditionnelle) Roger Dachez (des maçons opératifs aux Francs Maçons spéculatifs) o el investigador escocés David Stevenson, nos permiten pasar de la historia romántica a una historia racional, pero la problemática de los Altos Grados no está todavía esclarecida.
Sabemos, sin duda alguna, que la tradición masónica, cualquiera que sea el origen mitológico o histórico que aceptemos, se organiza alrededor de dos grados (aprendiz y compañero) de un oficio prohibido (el cowan, jornalero que está fuera del oficio) y, más tardíamente del grado de maestro. La cuestión de los altos grados aparecerá ulteriormente dentro de un concepto especulativo. Pero, de todas maneras la respuesta no es ni suficiente, ni satisfactoria. Y su remanencia impone ir aún más allá.

Del desorden a la unidadDesde el año 1730, referente a los grados masónicos, la anarquía prevalece en Europa. Las obediencias no han podido regular el caos. Desde 1737, el famoso Discurso de Ramsay, profusamente difundido, abre en las logias un vasto horizonte legendario. Refugiado jacobita, muy cercano de los Estuardo; las intenciones políticas de Ramsay parecen predominantes para atar los Altos Grados a la Orden Templaria y a una Logia-Madre situada en Kilwinning.

Entre 1730 y 1750, los masones incrementan los nuevos grados, ceremonias y ritos. Las Logias trabajan entonces según rituales muy relativos. La configuración de James Anderson con sus obligaciones tiene una difusión lenta y muy azarosa. En algunos lugares, la Estricta Observancia, los consejos de Caballeros de Oriente o de Emperadores de Oriente y Occidente, fragmentos de grados llamados escoceses (Y que no tienen, todavía nada que ver con el REAA o el Rito Escocés Rectificado), tienen éxitos relativos e implantaciones precarias. La masonería de Altos Grados se confirma entre sucesos locales, leyendas y vestigios mitológicos. Pero será más que nada la voluntad de confirmar los escalones superiores, siguiendo el sentido de la lógica social de la época (Órdenes, castas) lo que parece ser da un impulso a la profusión de sistemas.

Poco a poco, las logias se democratizan, aceptan negros, judíos, musulmanes, mujeres (creación de logias de adopción), pero la mayoría de la masonería quiere conservar un sistema elitista. Los nobles no son los únicos protagonistas de esta situación. Burgueses, eruditos y arrivistas tratan también de encontrar un lugar en este edificio sin bases sólidas, especie de torre de Babel estructurada para vestir parámetros que demuestran una invectiva textil extraordinaria.
La primer Gran Logia de Francia, no sabrá como administrar los otros grados. Los desaprueba en 1743, los reconoce en 1745, intenta disciplinarlos interviniendo el Consejo de los Caballeros de Oriente (primera versión), luego interviene el Gran Consejo de los Kaddosh, que otorgará su famosa patente a Etienne Morin; pero la Gran Logia debe renunciar de nuevo en 1766.
La Gran Logia informa entonces de que no reconocerá más que los tres primeros grados, con el consiguiente descontento de los masones de los Altos Grados, lo que obliga a la Gran Logia a cesar sus trabajos en 1767.

Tal decisión servirá de experiencia al Gran Oriente de Francia, que en 1773, toma la precaución de no ocuparse más que de los tres primeros grados simbólicos.

Unificación bajo la égida del Gran Oriente de FranciaLa construcción de la Obediencias, particularmente del Gran Oriente, se hizo afinando el arte del compromiso. Regularización estricta de los rituales de los tres primeros grados, inclusión de talleres provenientes de otros Sistemas, unificación de ritos en una pluralidad aceptada por todos, permitieron afirmar la universalidad de la Iniciación, las visitas, el Mis hermanos y hermanas te reconocen como tal produjeron que, sin Obediencias, la masonería no podría ser universal.

En complemento, Roettiers de Montaleau y la Cámara de los Grados, aceptan los Altos Grados y crean el Gran Capítulo General de Francia, cuya V Órden incluirá todos los grados físicos y metafísicos y todos los sistemas, particularmente aquellos adoptados por las asociaciones masónicas siguientes. Si bien es cierto que esta creación permite integrar un pseudo gran capítulo que se reclama con una falsa patente de 1721 (llamada patente del Dr. Gerbier, que se reivindica como el primer Caballero Rosa Cruz), el objetivo central es controlar el caos existente en los Altos Grados. En abril de 1776 el Gran Oriente había ya firmado un acuerdo con los tres directorios de la Estricta Observancia, seguido de un tratado con la Madre-Logia Escocesa de Francia.

La puesta en sueño de los Consejos de Caballeros de Oriente y la integración de los Emperadores de Oriente y Occidente en 1773 facilitaron la tarea del Gran Oriente de Francia.
La organización de sistemas coherentes, caballerescos y cristianos para el Rito Escocés Rectificado, está basado sobre el Convento de 1778 que fue presidido por Prost de Royer, en presencia de Willermoz y asistido por Jean de Turkheim, cuyo rol ha sido subestimado, tomando como base una reforma de la Estricta Observancia, conservando siempre las reglas del orden interior Templario; esta reforma confirma el lugar central de los Caballeros Benefactores de la Ciudad Santa, que decido no hacer referencia a algún Superior Desconocido (Dios por ejemplo). El GODF firma un tratado con el Régimen Rectificado en 1776.

El REAA, más sincrético y progresivo conseguirá rápidamente instalarse en el sistema francés, gracias a una particularidad: permitir a las logias de Rito Francés, la posibilidad de escoger entre el REAA, sistema de 25 grados (después 33 grados) o a las 4 Órdenes del Rito Francés. Consigue incluso la capitulación del Gran Capitulo Metropolitano de Rito Francés que reconoce, en 1821, que el grado Kaddosh es superior a la Cuarta Orden del Rito Francés.
La llegada del Rito Egipcio (de 33, 95 a 99 grados), la profusión de otros sistemas, contribuirán a perturbar la vida masónica. Las obediencias dudan entre reconocerlos, para poder controlarlos o ignorarlos para no comprometerse.

Los Side Degrees en Inglaterra.

Los ingleses han sido partidarios de no reconocer como legítimos sino los 3 primeros grados. Aprendiz recibido, Compañero de Oficio y Maestro Masón, así como el Orden Suprema del Santo Arco Real. Los tres mosqueteros eran pues cuatro.

La Gran Logia de Inglaterra no reconoce las otras obediencias. el mito de la muerte de Hiram no parece necesario para la masonería azul. Nada aporta a la búsqueda iniciática. Pone la cuestión de buscar y encontrar a los culpables, de hacer justicia, de encontrar algo más allá. No todo está claro en el ritual de los tres primeros grados.

Talleres “parciales” y no superioresEl GODF ha permitido a los hermanos continuar en los Altos Grados, así como la masonería simbólica, ha dado motivos a leyendas. Parece ser que los Altos Grados provienen de los masones especulativos o místicos; hacia la mitad del siglo XVIII se organizan círculos esotéricos so capa de la masonería.

Después de la crisis de 1994 del Gran Colegio de los Ritos y el renacimiento del Gran Capítulo General en 1996, las crisis de 1977 y 1998, la autoridad concedida al Gran Maestro como protector de todos los Ritos, permiten a las logias funcionar libremente y escoger el Rito.
No hay Altos Grados en la verdadera masonería. No hay más que hermanos y hermanas que han escogido cómo vivir la masonería, sin egoísmo ni integrismo, aceptando el equilibrio entre iniciación y un compromiso cívico.
La Francmasonería ha tenido el coraje de suprimir los “superiores desconocidos”.

En el GODF se afirma que no hay tampoco “superiores conocidos”.
En el Gran Oriente permanecen en igualdad y se reconocen por la palabra, el signo y el toque.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

LA MASONERÍA JACOBITA-ESTUARDISTA
- LA OTRA CARA DE SU HISTORIA -
(1ª SECCIÓN)

a) DE LA TRADICIÓN A LA FÁBULA

El origen y desarrollo de la Masonería jacobita y estuardista ha sido objeto de algunos interesantes estudios. Pero, en la generalidad de los casos, las narraciones de tendencias apologéticas no explican la verdad de los hechos en su integridad debido a la relatividad de las perspectivas, a la parcialidad con que se suele presentar a determinados personajes y acontecimientos y a la ausencia de una necesaria exposición crítica de los temas. En adelante, recordaremos algunos sucesos generalmente omitidos u olvidados de este tipo de Masonería.
Con el exilio en Saint-Germain-en-Laye (Francia) del rey Jacobo II de Inglaterra, en 1688, y dentro de los regimientos escoceses e irlandeses que le siguieron comienzan a crearse las primeras logias militares que darán origen a la denominada Masonería jacobita-estuardista.
A comienzos del siglo XVIII, es posible verificar una mixtura entre tradiciones folklóricas, suposiciones y creencias, originándose así la fábula que presentaba a los Templarios que se habían refugiado en Escocia transmitiendo supuestos secretos a la Masonería y fundándola en ese país. A partir de esta presunción o invención se difundieron, principalmente en Francia, derivaciones como las siguientes: la dinastía de los Estuardo era la heredera de una tradición escocesa que remontaba hasta la antigua logia de Kilwinning del siglo XII y al rey Robert Bruce con sus caballeros templarios del siglo XIV; dicha dinastía había conservado y transmitía antiguas iniciaciones; los Estuardo eran los Superiores Desconocidos que gobernaban secretamente a la Masonería; el Pretendiente al trono de Inglaterra, en el exilio en Francia, había fundado un Soberano Capítulo Rosa-Cruz en la ciudad de Arras y, por supuesto, de esta Masonería se originaba una filiación operativa y anterior a la Masonería especulativa que se habría transmitido hasta la actualidad.
Detrás de todas estas suposiciones, fábulas y leyendas, que no se deben confundir con las auténticas tradiciones y menos aún con la historia, se encuentra la otra cara mucho más oculta de este régimen masónico.
Los Estuardo y sus fieles jacobitas y estuardistas al conocer el carácter noble y caballeresco de los franceses y el romántico idealismo que en esa época existía acerca de la Caballería en general y de la Orden del Templo en particular, como también los generalizados prejuicios de la nobleza hacia el trabajo manual, hicieron difundir, astuta y convincentemente, que la Masonería había tenido origen en Escocia y que ellos eran los legítimos representantes de los Templarios que la habían fundado, después de la abolición de la Orden del Templo. Además, se encargaron de difundir que su Masonería nada tenía que ver con los rudos y simples masones operativos de la piedra. En esto, se debe conceder la razón a los estuardistas porque la Masonería que intentaban establecer no era otra cosa que una verdadera conspiración política con formas masónicas y dirigida hacia su principal objetivo: la restauración de la monarquía de los Estuardo en el trono de Inglaterra.
No obstante, la difusión de la fábula tuvo gran aceptación, en principio, entre los masones franceses y, después, en distintos países de Europa.
A partir del siglo XVIII, hubo una gran proliferación de los denominados grados escoceses, aunque, como ahora se sabe, no fueron creados en la Escocia medieval sino en Francia, durante la época moderna. Tiempo después, fueron llamados Altos Grados y se les atribuyó una arbitraria superioridad con respecto a los grados de la Masonería tradicional que con anterioridad se practicaban en su forma operativa y, después de su gran transformación, de manera simbólica en prácticamente todos los países de Europa.
Con respecto a la supuesta fundación de la Masonería por los Templarios refugiados en Escocia o, según otra versión, por la misma Orden del Templo, aunque hoy parezcan increíbles llegaron a ser ”verdades” ampliamente aceptadas durante el siglo XVIII. Sin embargo, además de no existir una sola fuente seria en donde fundamentar su veracidad, fueron suposiciones que se volvieron insostenibles en el mismo siglo de su aparición. En 1782, fueron refutadas por el convento masónico de Wilhelmsbad, después fundamentadamente cuestionadas por la historia masónica y, por último, literalmente destruidas por autores como Albert Lantoine, entre otros. Pero, algunos derivados de tales fabulaciones aún persisten.
Veamos, en adelante, como se originaron y desarrollaron dichas fábulas.

b) LOS DISCURSOS DEL CABALLERO A. M. RAMSAY

El Caballero Andrew Michael Ramsay (1686?-1743), ardiente jacobita y preceptor de los hijos del Pretendiente (Jacobo III), en sus discursos de 1736, 1737 y 1738 --- los cuales parecen ser un mismo texto modificado por distintas razones y circunstancias --- menciona que la Orden ha sido fundada en la antigüedad y renovada por los Cruzados y los Caballeros de San Juan en particular, de los cuales, afirma, deriva el nombre de “logias de San Juan”. En ninguna parte de dichos discursos se menciona, explícitamente, a los Templarios.
En el discurso pronunciado en la logia Saint-Jean, del 26 de diciembre de 1736, Ramsay sostiene que la “Orden” tiene origen en la más remota antigüedad. También menciona a los patriarcas bíblicos, a los Misterios antiguos y a célebres hombres de la época clásica como formando parte de la Orden. Además, hace mención de un misterioso Libro de Salomón encontrado y descifrado en parte por los Cruzados, después de lo cual, escribe, “se renovó nuestra Orden, de la cual Noe, Abraham, los patriarcas, Moisés, Salomón y Ciro habían sido los primeros grandes maestres”.
Cuatro meses después, en el discurso (ya modificado) previsto para el 21 de marzo de 1737 --- que no llegó a leerse porque el cardenal Fleury, ministro de Luís XV se opuso, pero igualmente fue impreso y circuló en forma oculta --- Ramsay vuelve a expresar : “Nuestra orden, por consiguiente, no debe ser considerada como una renovación de las Bacanales, sino como una orden moral fundada en la remota antigüedad y renovada en Tierra Santa por nuestros ancestros (los Cruzados)”.
En cambio, en el discurso de 1738 parece contradecir lo que había afirmado en los dos anteriores, principalmente, en el de 1736. Ramsay, en este último discurso (el de 1738), escribe que pasa rápidamente por sobre el “origen fabuloso” de los antiguos antecedentes de la Orden para poder llegar a su “verdadera historia”. Verdadera historia que ya no encuentra en la más remota antigüedad sino en los Anales de la Historia de Gran Bretaña, en las Actas del Parlamento de Inglaterra y en las tradiciones vivientes de la nación británica que ha sido el asiento de la Confraternidad desde el siglo once.
Para después afirmar, que la Orden ha sido ”instituida por nuestros Ancestros(los Cruzados) en Tierra Santa para llamar al recuerdo de las verdades más sublimes, en medio de los inocentes placeres de la sociedad”. Esto implica, que la Orden ya no fue fundada en la más remota antigüedad ni renovada en Jerusalén --- como Ramsay afirma en sus discursos de 1736 y 1737 --- sino que ha sido instituida o establecida por los Cruzados en Tierra Santa. Ingeniosa fábula que, por supuesto, satisfacía mucho más al aristocrático orgullo de los masones franceses que el simple oficio de los constructores operativos medievales.
Las distintas modificaciones de un mismo texto, además de las citadas anteriormente, pueden haberse debido a las cambiantes ideas del autor, pero también a la influencia de los Estuardo, a las presiones del cardenal Fleury y sus espías en las logias y a la necesidad de disminuir el predominante protagonismo de las tradiciones judía y “pagana” del primer discurso de 1736.
Debemos recordar, que en las logias jacobita-estuardistas del siglo XVIII no predominaba un cristianismo precisamente tolerante hacia ideas distintas y menos aún un cristianismo de características iniciáticas, sino un catolicismo fuertemente dogmático e inquisitorial, aliado con el poder real y en constante lucha contra los estados protestantes e ideas paganas y heréticas de la época.
Cabe observar, con respecto a la fundación de la Masonería según las hipótesis del jacobitismo y del estuardismo, otra posible contradicción. Mientras una versión atribuía la fundación de la Orden Masónica a los Templarios refugiados en Escocia, otra versión presentaba a los Cruzados como sus fundadores en Tierra Santa (Jerusalén).
Más allá de los discursos de Ramsay, de sus posibles contradicciones y de las fábulas que aparecieron durante el denominado Siglo de las Luces es por demás evidente y demostrable que la Masonería, en tanto que “arte de construir”, es muy anterior a los Cruzados, a la Orden del Templo y a los Templarios refugiados en la isla de Mull (Escocia). No obstante, algunas modificadas derivaciones, pero igualmente fundamentadas en dichas fábulas y suposiciones, aún persisten y se difunden como si fuesen reales hechos históricos.

c) EL PARTIDO JACOBITA-ESTUARDISTA Y SU
MASONERÍA

Las primeras logias militares de Saint Germain-en-Laye (Francia), fundadas dentro de los regimientos que acompañaron en su exilio al rey Jacobo II y, tiempo después, la Madre Logia Estuardista desempeñarán un importante rol en la Masonería francesa del siglo XVIII. Sin embargo, dichas logias no eran tan tradicionales ni legítimas como afirmaban ser. “Se puede admitir, sin pruebas absolutas pero con mucha verosimilitud, que esta Madre Logia Estuardista de Saint-Germain-en-Laye usurpó los poderes de la célebre Madre Logia de Heredom de Kilwinning, de Inglaterra, fechando en este último Oriente documentos que en realidad habían visto el día en Saint-Germain-en-Laye” (Ambelain, R. El Secreto Masónico. Barcelona. Edit. Martínez Roca, 1987, p. 36).
Tal afirmación no la expresa ningún autor en oposición a este tipo de Masonería, sino Robert Ambelain, estuardista pero no apologista, Gran Maestre de dos ritos masónicos, poseedor de todos lo grados de cinco ritos más y reconocido historiador de Francia.
La Madre Logia Estuardista, ante la imposibilidad de demostrar que era la legítima heredera de las antiguas tradiciones que proclamaba poseer, había incurrido en la falsificación de documentos masónicos. Esta era una práctica mucho más frecuente de lo que se supone en este tipo de Masonería que tenía la necesidad de lograr prosélitos para su causa partidaria, principalmente, entre los nobles y políticos de la Masonería francesa que colmaban las logias de esa época.
Usurpaciones y falsificaciones de este tipo, tiempo después, fueron mucho mejor verificadas con el desarrollo de la revisión y la crítica histórica.
En Francia, la Madre Logia Estuardista ejercía su jurisdicción sobre las logias fieles al partido de los Estuardo, cuyo principal objetivo era reconquistar el poder y restablecer la monarquía y el catolicismo en Inglaterra. Para tal fin, dicho partido en el exilio --- Jacobo II, su hijo Jacobo III, llamado el Caballero de San Jorge, y su nieto Charles Edward Stuart --- se esforzaba por mantener de aliados a su causa al Papa, al rey Luís XIV y a la Francmasonería francesa, la cual a partir de 1725 sólo trabajaba en los tres grados que provenían de la Gran Logia de Inglaterra. Tiempo después, llamados grados simbólicos o azules. Por supuesto, no hace falta recordar que aún no existían los ritos masónicos de múltiples grados que conocemos en la actualidad.
De repente y desde los ámbitos jacobita-estuardistas aparecieron algunos grados caballerescos como los de Novicio, Maestro Escocés, Templario y las distintas versiones del denominado Maestro Irlandés. Esta nueva Masonería “escocesa”, templaria y católica tenía por finalidad, además de sus objetivos políticos, subordinar bajo su dirección a los únicos tres grados de origen inglés que, por esa época, se practicaban en las logias francesas.
La logia “La Perfecta Igualdad” de Saint Germain-en-Laye, de tradición jacobita y estuardista, mediante un documento hacía remontar su antigüedad hasta el año 1668. Evidentemente, para demostrar una filiación anterior a la Gran Logia de Londres de 1717, después llamada Gran Logia de Inglaterra.
La investigación histórica ha demostrado que dicho documento presenta una raspadura, es decir, que dicha fecha pudo haber sido escrita sobre lo que había sido borrado (Alec Mellor. Dicionário da Franco-Maçonaria e dos Franco-Maçons. Sao Paulo. Edit. Livraria Martins Fontes, 1989, p.150).
A pesar de lo que generalmente se piensa no fueron dos, tres o cien sino miles de falsas cartas-patentes y diplomas firmados, supuestamente, por los Estuardo. Estos documentos, a mediados del siglo XVIII, se encontrarán por toda Europa. De este modo, se fue “legitimando” y expandiendo este tipo de Masonería corrupta y desviada que, por debajo de las formas masónicas, ocultaba sus proyectos puramente conspirativos y políticos.

d) LA APARICIÓN DE LOS ANTIGUOS GRADOS
ESCOCESES

No es ninguna novedad que los masones jacobitas y estuardistas clamaban venganza por el destituido rey Carlos I de Inglaterra, decapitado en Londres en 1649 después de negarse a reconocer la legalidad del tribunal y no presentar defensa contra los cargos de tirano, asesino y enemigo de la nación. A partir de ese momento, se establece la República en Inglaterra y comienzan los primeros intentos conspirativos para restablecer la monarquía de los Estuardo en dicho país. Para tal fin, se utilizaron todos los medios posibles, incluso, la Masonería.
A principios del siglo XVIII, con la colaboración o la directa autoría de Andrew M. Ramsay se crearon, modificaron y difundieron los denominados grados escoceses de Novicio, Templario (Caballero del Templo) y Maestro Escocés. Los cuales fueron llamados “escoceses” no por provenir de Escocia, sino porque Ramsay era escocés pero residente en Francia y, de este modo, quiso distinguirlos de los tres grados ingleses (Aprendiz, Compañero y Maestro) que, en esa época, eran los únicos que se practicaban en las logias inglesas, escocesas y francesas.
Además, el adjetivo de “antiguos” con el cual se suele calificar a dichos grados “escoceses” no se refiere ni a la tradición relacionada al Gran Maestre Jacques de Molay, ni a la Escocia de los siglos XIII y XIV del rey Robert Bruce y sus Templarios y, menos aún, a los Cruzados de Jerusalén como se intentaba y aún se intenta hacer creer, pues en aquellos siglos no existían dichos grados ni las fábulas estuardistas. No obstante, si se quiere admitir que dichos grados son depositarios de una ininterrumpida tradición templaria que provendría de Palestina o de la Escocia medieval, entonces, sería necesario no incurrir en el muy frecuente error de confundir la historia y las legítimas tradiciones con las fábulas y las meras suposiciones. Eminentes autores masónicos han demostrado que los denominados “grados escoceses” fueron creados, aproximadamente, 400 años después de Robert Bruce y sus Templarios, pero no en Escocia sino en Inglaterra en la segunda mitad del siglo XVII o, como es mucho más probable y demostrable en Francia, durante el siglo XVIII.
El principal objetivo de estos grados “escoceses” --- además de superponerlos a los tres grados que provenían de la Gran Logia de Inglaterra para poder gobernarlos --- consistía en estimular a sus partidarios estuardistas, probarlos en relación a su causa puramente política e, incluso, cobrar importantes sumas de dinero por las iniciaciones. Con respecto a esta empresa partidista, que nada tenía de tradicional e iniciática, escribe el historiador François T. B. Clavel: “Gracias a estas iniciaciones, muchos de los emigrados que se hallaban exhaustos de recursos, pudieron hacer frente con deshogo a sus apremiantes necesidades, y cuando se agotaba el filón, pronto acudían al expediente de alguna nueva invención para que volviera a brotar”.(Fors, Luis R. Diccionario Enciclopédico de la Masonería. Barcelona. Edit. La Academia, 1883, p. 1079).
En dichos grados se encontraba un seudo neo-templarismo con facciosos fines partidistas que poco o nada tenían que ver con los auténticos y demostrables acontecimientos históricos ni con las tradiciones caballerescas y templarias cuyos orígenes y canales de transmisión se encontraban en ámbitos diferentes a las fabulaciones y conspiraciones estuardistas (Ver subdivisión “f” de este mismo artículo).
Es interesante recordar que cuando estos grados estaban tan de moda en Francia, en Escocia no sabían nada de ellos. Debido a las insistentes consultas acerca de títulos y documentos con la denominación de “escoceses” que frecuentemente se presentaban ante la Gran Logia de Escocia, para poner fin al monopolio que se ejercía abusando de su nombre y autoridad y para que constase que dichos grados nunca han sido practicados ni reconocidos en dicho país, en un artículo de sus reglamentos publicados en 1836, dicha Obediencia expresa terminantemente: “(cap.I., art.4º): La Gran Logia de Escocia no práctica más grados de Francmasonería que los de Aprendiz, Compañero y Maestro, denominados Masonería de San Juan” ( Fors, Luís R. Op. cit., p. 1137).
En cuanto a la Real Orden de Escocia --- que es un organismo posterior a la Gran Logia de Escocia --- no ha nacido ni en Escocia ni en Francia sino en Londres, durante el siglo XVIII. La documentación demuestra su existencia a partir de 1741. Su fundación tenía por finalidad contrarrestar la exitosa, aunque cuestionada, reforma que había llevado a cabo la Gran Logia de Inglaterra en 1717.
Tiempo después, la Real Orden de Escocia admitirá las innovaciones de Ramsay, es decir, que sus altos grados no provienen directamente de Escocia sino de Francia.

e) RENÉ GUÉNON: HERENCIA TEMPLARIA Y
MASONERÍA ESTUARDISTA

René Guénon --- que concede una importante función a la Orden del Templo en la conservación de la tradición --- en relación a la palabra “Heredom”, entendida alteradamente en inglés como “heirdom” y a la cual se le atribuye, muy ligeramente, el significado de “herencia” de los Templarios acogidos por el rey Robert Bruce en Escocia y que , además, habrían fundado la Logia Madre de Kilwinning, sostiene que el significado atribuido a dicha palabra “está muy lejos de explicarlo todo, y es muy posible que este sentido haya venido solamente a añadirse secundariamente, siguiendo una similitud fonética, a una palabra cuyo origen era muy diferente”. Quiere decir el autor de la anterior cita, que el significado secundario de “herencia” templaria que se le atribuye a la palabra Heredom no es el sentido original del término, pues este es muy diferente a lo que se le pretende atribuir. En otros términos, Guénon no considera posible que “Heredom” haga referencia a la herencia del templarismo escocés.
Además, la fábula --- que suele desentenderse de la historia, de la tradición e, incluso, de la razón --- pretende hacernos creer que los únicos depositarios de la antigua logia de Kilwinning del siglo XII y del rey Robert Bruce y sus caballeros templarios del siglo XIV fueron los Estuardo y su muy peculiar Masonería. Cuya herencia escocesa sería la única que se habría transmitido a los ritos creados posteriormente.
Ante tan monopólica como falaz versión, continúa diciendo R. Guénon: “Nos parece del todo inútil hacer intervenir aquí la herencia de los Estuardo como lo quería Ragón; incluso si es cierto que algunos hayan hecho tal aplicación, esta no podría ser en todo caso más que tardía y ocasional, y sería casi tan desviada como aquella según la cual Hiram habría sido, se dice también, considerado como figurando a Carlos I de Inglaterra”(cf. Guénon, R. Estudios sobre la Francmasonería y el Compañerazgo. Edición de Internet, vol. II, p. 8).
La herencia de los Estuardo es tardía, porque desde el origen de las tradiciones de las que pretenden ser los herederos directos han transcurrido, aproximadamente, de 400 a 500 años sin una línea de continuidad seria y demostrable; es ocasional, porque se aprovechó una determinada circunstancia política para usar y abusar monopólicamente de una tradición que no les correspondía en su totalidad, y es desviada, porque se desvirtuó y corrompió a dicha tradición con fines exclusivamente partidistas y personales.
Guénon, tampoco admite que la etimología original de la palabra Heredom sea el nombre de una montaña de Escocia, simplemente porque en Escocia no ha existido nunca una montaña con tal nombre. Pero, en tanto que la idea de “montaña” se puede asociar al concepto de un indeterminado “lugar santo” y admitiendo la hipótesis de que “Heredom” pudiese tener alguna derivación secundaria del griego “hieros domos” que significa “morada sagrada”, en tal caso, dicho lugar santo o sagrado correspondería ubicarlo no en Escocia sino en Palestina. Pero no en la Palestina medieval, sino en la precristiana. Pues, es en esa región en donde se encuentran las tres montañas sagradas del Sinaí, el Moríah y el Tabor, que corresponderían a los simbólicos lugares que ocupaban los tres principales oficiales de una logia de la Masonería operativa. Además, dichas montañas también pueden corresponder con tres revelaciones sucesivas que son las de Moisés, David y Salomón, incluso, la de Cristo. Razón por la cual, Guénon desecha Escocia y su inexistente montaña de Heredom como hieros domos y ubica la primera Logia entre estas tres montañas en un simbólico “valle profundo en donde reinan la paz, las virtudes(o la verdad) y la unión”, es decir, en Tierra Santa. Incluso, si el monte Moríah fue el lugar en donde se edificó el Templo de Jerusalén, Heredom en su secundario sentido de hieros domos, también puede hacer referencia a ese Templum Hierosolimae al cual se refiere la triple Tau del Royal Arch.
Pero, como recuerda el mismo autor, es necesario no confundir los múltiples sentidos secundarios que puede poseer una palabra como Heredom con el sentido original de la misma, el cual puede ser muy diferente e, incluso, incompatible con algunos de los significados que se le pretenden atribuir.
En la Orden Real de Escocia existe la costumbre de escribir algunas palabras con las consonantes únicamente. De modo que Heredom, sin las vocales, se puede escribir así: H.R.D.M. Escritas de esta manera, dichas letras, entre otras posibles combinaciones, pueden leerse como “Harodim”. Tanto Harodim como también Menatzchim serían grados superiores de la Masonería operativa, que habrían sido desconocidos por los fundadores de la Masonería especulativa.
En realidad, no eran grados en el sentido de la Masonería moderna sino funciones que ejercían los Maestros de una muy antigua Masonería operativa de la época salomónica. Algunas de estas funciones, con el advenimiento de la Masonería moderna se convierten en grados. Por ejemplo, una de las funciones de los Maestros, durante la construcción del Templo de Jerusalén, consistía en supervisar que las piedras estuviesen perfectamente labradas, según las exigencias de la obra a la que debían ser destinadas. Cuando estas piedras, a juicio del Maestro supervisor, llegaban a estar correctamente terminadas por los Compañeros, entonces se las identificaba por medio de una marca de aprobación determinada, que era distinta a la marca personal de cada Compañero. Las piedras incorrectamente labradas eran arrojadas entre los escombros. Dicha marca de aprobación era impresa en las piedras correctamente labradas por los Maestros supervisores o sobrestantes, también llamados superintendentes o inspectores. Cuando aquellos antiguos Maestros ejercían esta función de supervisores, se les conocía como “Menatzchim”.
En las Constituciones de 1723, redactadas por el escocés James Anderson, en el artículo IV de las Obligaciones de un Francmasón, se dice: “Ningún hermano puede ser supervisor antes de haber pasado el grado de compañero; ni maestro antes de haber llenado las funciones de supervisor, ni gran supervisor antes de haber sido maestro de una logia, ni gran maestro, a menos de haber sido compañero antes de su elección”.
Como se puede observar, Anderson ha conservado y diferenciado correctamente, de acuerdo a la tradición operativa, los grados y algunas de las funciones correspondientes a los mismos.

f) EL CAMINO DESVIADO

Volvemos al tema de la creación de los denominados grados escoceses por los Estuardo o sus fieles seguidores. En dichos grados se desviaba la auténtica tradición con fines exclusivamente partidistas y conspirativos, ya no se clamaba venganza por Jacques de Molay, el Gran Maestre francés de la Orden del Templo quemado vivo en París, en 1314, sino por el rey Carlos I, derrotado por los ejércitos de Oliver Cromwell y ejecutado en 1649.
En la Cámara del Medio, el compás se encuentra sobre la escuadra para indicar un trascendente trabajo que se debe realizar. Pero en las logias jacobitas-estuardistas el simbolismo se interpretaba y desviaba de tal manera que ya no era el Artífice del Templo de Salomón quien, en la persona del nuevo Maestro, revivía en ellas sino el mismo Carlos I; mientras que Cromwell y sus ayudantes eran los malos compañeros que lo habían asesinado.
Estas eran las iniciaciones reservadas que en el siglo XVIII se celebraban en la Casa de los Estuardo y en las logias de sus fieles escoceses. Tan innovadoras y partidistas escenificaciones, desviadas de las más o menos auténticas tradiciones que aún subsistían, se representaban ante el reverente júbilo de sus maestros estuardistas, facciosamente conjurados en función de sus proyectos políticos
Sin embargo, más allá de la desviada y corrupta utilización política de la Masonería, los grados escoceses estuardistas es posible que hayan transmitido algo más esencial, es decir, lo estrictamente iniciático, operativo y esotérico de los mismos.
La Rosa Cruz Real, fundada en 1593 por Jacobo VI de Escocia, estaba constituida por treinta y dos Caballeros de San Andrés del Cardo, de los cuales deriva el grado de Maestro Escocés de San Andrés y, después, el de Príncipe o Caballero Rosa Cruz, también conocido como Caballero del Águila, Caballero del Pelícano, Masón de Heredom, etc. Grado que no era masónico, pues la Rosa Cruz Real, en esa época, era una Orden completamente diferente a la Masonería. Actualmente, y con distintas variantes, este grado se encuentra en la mayoría de los ritos masónicos que lo han incluido en su régimen de Altos Grados.
Ahora, corresponde preguntarnos si los Maestros Escoceses habrían conservado algunos conocimientos específicos y operativos de la corriente rosicruciana de la que habían nacido.
El mismo Robert Ambelain, que poseía una filiación de la Masonería estuardista, sostiene que la respuesta a este problema es negativa.
La tradición rosicruciana, que es cristiana pero también hermético-alquímica, consistía en el antiguo arte de las transmutaciones metálicas, psíquicas y pneumáticas. Además de una filosofía que consideraba a la unidad de la materia, existía la posibilidad de transmutar la interioridad esencial del hombre y operar con determinados principios, leyes y potencias que rigen al Cosmos. La caída y encierro de determinadas partículas de la Luz esencial y primordial en una extrema densidad constituida por los cuatro elementos materiales, se simbolizaba por las cuatro puntas de la Cruz. En cuyo centro, por medio de determinadas operaciones, no era imposible que llegase a florecer la simbólica Rosa del sublime quinto elemento alquímico, liberando y reintegrando así la Luz quintaesencial a sus orígenes prístinos. “Misterium Mágnum” que constituye la esencia implícita en las principales religiones y tradiciones sapienciales de Oriente y Occidente, pero cuyo acceso más directo y, por lo tanto más difícil y riesgoso, se encuentra en las vías internas de la realización iniciática.
Es evidente, que en el grado de Maestro Escocés de San Andrés del Cardo bajo sus formas religiosas se encubría la ciencia hermético-alquímica rosacruz, que nada tiene que ver con la fabricación del oro vulgar y cuyo origen tradicional es muy anterior al cristianismo. Pero, durante el siglo XVIII esta antigua ciencia transmutatoria --- cuyo simbolismo es lo primero que presencia el candidato en el hermético Cuarto de Reflexiones --- fue desviada hacia formas diferentes, mucho más religiosas, exotéricas y devocionales.
En 1751, el jacobita Georges de Walnon en su Madre Logia de Marsella transformó el grado de Maestro Escocés de San Andrés, después denominado Caballero Rosa Cruz, hacia un espíritu diferente. De este modo, la pura enseñanza rosacruz de este grado se confundió con tradiciones religiosas más externas y devocionales que iniciáticas y herméticas, dando como resultado el grado de Caballero Rosa Cruz de la actualidad.
Advertidas tales desviaciones y desvirtuaciones en ese como en otros grados y cuando ya no interesaba o no se comprendía lo esencialmente iniciático, algunas Obediencias efectuaron un proceso de “desacralización” de sus rituales para, después, derivar en una excesiva laicización de los mismos. Y, como suele suceder, para evitar una extrema desviación se derivó en una, prácticamente, excesiva oposición. Así, en algunos ritos la auténtica tradición iniciática, hermética y rosacruz de este como de otros grados permaneció olvidada, desfigurada o inadvertida bajo extrañas vestiduras.
Sin embargo, y a pesar de las distintas modificaciones y desviaciones que ha padecido el grado de Caballero Rosa Cruz, algo de la antigua ciencia hermético-cristiana(o cristianizada) que le transmitió su esencial origen ha permanecido en el mismo.

g) EL TESTIMONIO DE LOS ANTIGUOS DEBERES

Una de las más importantes fuentes de información acerca de la Masonería antigua, medieval y moderna son sus Antiguos Cargos o Deberes (Old Charges).
De los múltiples manuscritos masónicos que han llegado hasta nuestra época hemos consultado más de veinte constituciones, estatutos y reglamentos cuyas fechas de redacción se encuentran comprendidas entre el siglo X y el siglo XIX. Los documentos consultados son los siguientes: Constitución de York. Estatutos de los Canteros de Bolonia. Manuscrito Regius. Manuscrito Cooke. Constituciones de los Masones de Estrasburgo. Estatutos de Ratisbona. Constitución de la Francmasonería Universal. Manuscrito Grand Lodge Nº 1. Estatutos de Schaw. Manuscrito Iñigo Jones. Reglamento de 1663. Manuscrito de Edimburgo. Manuscrito Dumfries Nº 4. Manuscrito Trynity College. Manuscrito Kewan. Reglamentos Generales. La Institución de los Francmasones. La Constitución de Anderson. Manuscrito Graham. La Masonería según las Escrituras. Las modificaciones Inglesas de 1738 y de 1813 a las Constituciones de Anderson. Diálogo entre Simón y Felipe. Manuscrito Essex.
Entre estos importantes documentos masónicos se encuentran escritos anteriores, contemporáneos y posteriores a las Cruzadas, a la Orden del Templo, a los Templarios de Escocia y a la Masonería jacobita-estuardista. Incluso, tres de ellos como los Estatutos de Schaw de 1598, el Manuscrito de Edimburgo de1663 y el Manuscrito Kewan de 1714 -1720 son escritos que se fundamentan en la Masonería Escocesa.
En general, en dichos documentos --- salvo uno de los manuscritos que hace mención de dos grados solamente --- se encuentran claramente determinados los tres grados operativos tradicionales (Aprendiz, Compañero y Maestro) y sus distintos usos, funciones, deberes, derechos y obligaciones. Pero no hemos encontrado ninguna explícita referencia a grados superiores a la Maestría, ni a los denominados grados escoceses del jacobitismo y del estuardismo.
Será necesario esperar hasta la segunda mitad del siglo XVIII, con la aparición de los regímenes de múltiples grados, para que sus constituciones y reglamentos incluyan a los, desde entonces, denominados Altos Grados escoceses.
Además, ninguno de los documentos masónicos citados, incluso los manuscritos escoceses, expresan la más mínima referencia a los Cruzados instituyendo la Masonería en Jerusalén, a los Templarios fundándola en Escocia y, menos aún, a alguna filiación templario-masónica que habría llegado ininterrumpidamente hasta la Masonería jacobita-estuardista, entre otras fabulaciones del mismo origen.
¿Cómo es posible que tan relevantes acontecimientos hayan sido completamente ignorados por veintitrés documentos masónicos de cinco países diferentes, incluida Escocia? Invitamos a que cada uno de los lectores responda, de acuerdo a su saber y entender, a esta pregunta.
Aunque en los documentos consultados no se ha hallado ninguna expresa mención de las fábulas estuardistas, en cambio, se narra en ellos que el origen de la Masonería se encuentra en la más remota antigüedad, sucesivamente ha sido reconstituida, adaptada y reformada a través del tiempo y, al menos, desde el siglo X existe constancia escrita de los tres grados operativos tradicionales
No ignoramos que, para justificar lo injustificable, durante el siglo XIX aparecieron una serie de escritos como la “Carta de Larmenius” o el manuscrito del Dr. Oliver y su rito de Bouillon, entre otros. Sin embargo, no transcurrió demasiado tiempo para que se demostrase su absoluta y apócrifa ilegitimidad. En otra época se llegó a afirmar que eran “las pruebas que faltaban”; hoy se encuentran en el justo y merecido olvido destinado a los más escandalosos fraudes.

(Este artículo continúa en la 2a Sección
de: LA MASONERÍA JACOBITA-ESTUARDISTA)

Claudio D. Actis Orellana
Bs. As., 27 de julio de 2008
logestudio@gmail.com

Anónimo dijo...

LA “ORDEN REAL DE HEREDOM DE KILWINNING” DE ARGENTINA Y CHILE; UN FRAUDE A LA LUZ DEL DÍA

Buenos Aires, 26 de junio de 2008

La denominada “Orden Real de Heredom de Kilwinning” de Argentina y Chile, dice poseer en su seno a las siguientes Ordenes y cuerpos iniciáticos: “la Orden Real y Sacerdotal de la R+C Jacobita de Heredom de Kilwinning”; “el Gran Capítulo Soberano de la Rosae+Crucis Real y Sacerdotal de H.R.D.H.(Heredom) de Kilwinning”; “la Orden de los Caballeros Masones Elegidos Sacerdotes del Universo”; “la Orden Martinista Iniciática”; “la Suprema Logia Madre de los Antiguos Maestros Escoceses del Arte Real y Militar de la Construcción”; “la Orden de los Caballeros del Aguila Blanca y Negra (KDSH)”; “la Orden de los Maestros Escoceses de San Andrés”; “la Compañía de los Antiguos Maestros Escoceses del Arco Real”; “la Honorable Compañía de Geómetras Operativos”; “la Fraternidad de los Filósofos Desconocidos”; “los Caballeros del Templo”; “la Orden de los Caballeros Escoceses de San Andrés y la Compañía de los Geómetras Operativos”, según datos extraídos de cuadernillos informativos de la misma Orden Real de Heredom de Kilwinning de Buenos Aires y testimonios de ex-miembros.
En otro cuadernillo con fecha del 21 de marzo del 5994 V L ( 1994 ev) y firmado por “Merlín”, nombre iniciático de Jorge Francisco Ferro, (investigador del CONICET de Buenos Aires, en masonería, templarios y sociedades secretas), el mismo Ferro se presenta con los siguientes cargos y títulos: “Soberano Gran Maestre de la Orden de los Caballeros Masones Elegidos de la República Argentina”; “Muy Sabio Gran Maestre del Gran Capítulo Soberano de la Orden Real de Heredom de Kilwinning”; “Soberano Gran Comendador del Sacro Imperio del Aguila Blanca y Negra”; “Soberano Imperator del Colegio Invisible de la Fraternidad de la Rosa Blanca y de la Orden de la Cruz Roja” y “Gran Juez Soberano de la Orden de los Supremos Jueces Templarios + Filósofos Desconocidos”. Como se verá más adelante, hemos solicitado a esta “Orden”, no reconocida por las Obediencias que dice representar, que dé a conocer el origen y legitimidad de las Ordenes, cargos y títulos que dice poseer.
Además, se expresa que la “Orden Real de Heredom de Kilwinning” puede conferir la cantidad de 26 grados por medio de diferentes ritos de iniciación y los restantes grados se transmiten por comunicación. Cabe recordar, que sistemas masónicos de muchos grados como el Rito Escocés Antiguo y Aceptado de 33º grados y el Rito Egipcio de Memphis-Misraim de 99º grados, no llegan a conferir más de 10 y 15 grados por medio de ceremonias ritualísticas de iniciación. No hace falta más que observar el gran número de órdenes, títulos, cargos y grados dependientes de una sola persona que no demuestra como los ha obtenido, para sospechar la existencia de algo, al menos, carente de seriedad.
Para redactar esta denuncia nosotros no nos fundamentamos en los rumores que existen en Buenos Aires sobre esta “Orden” y, menos aun, en suposiciones u opiniones subjetivas, sino en testimonios de personas que han pertenecido a dicha organización y en documentación fidedigna que tenemos en nuestro poder, en parte, emanada de la misma “Orden Real de Heredom de Kilwinning” de Buenos Aires y de Santiago de Chile, entre otras fuentes.




PREGUNTAS ENVIADAS A LA “ORDEN REAL DE HEREDOM DE KILWINNING” DE ARGENTINA Y CHILE

Ante una considerable cantidad de testimonios y documentos que nos indicaban un astuto y bien planeado fraude a gran escala contra Ordenes regulares y legítimas, decidimos enviar una serie de preguntas a los responsables de la “Orden Real de Heredom de Kilwinning”. En breve síntesis, las preguntas que les enviamos por
e-mail a su Gran Maestre Jorge Francisco Ferro, al secretario (E. S.) y al representante en Santiago de Chile (D. E. J. R.) de la Orden Real de Heredom de Kilwinning, son las siguientes:
1) ¿Qué Obediencia o qué Gran Maestre, legítimamente constituidos, os autorizó para hacer tal “restauración” de formas y rituales de la antigua Orden de Heredom de Kilwinning del siglo XII, siguiendo las críticas y recomendaciones que René Guénon hace en sus libros?
2) ¿Cuáles son vuestros títulos, cartas-patentes y poderes para restaurar y establecer la antigua Orden Real de Heredom de Kilwinning en Argentina y Chile?
3) ¿Fue el Supremo Consejo de los Ritos Confederados de Edimburgo o de Estados Unidos o la actual Grande Loge FranÇaise du Rite Écossais Primitif o, tal vez, la Real Orden de Escocia que autorizó al Gran Maestre Jorge Francisco Ferro para practicar el Rito Escocés Primitivo en Argentina y Chile?
4) Como, además, dicen haber restaurado la Orden de los Elus Cohen, se les preguntó lo siguiente: ¿Qué Tribunal Soberano o Gran Soberano o Gran Maestre Nacional, os autorizó para llevar a cabo tal restauración en la Orden de los Elus Cohen?
5) Vuestro restaurador, Jorge Francisco Ferro, en el momento de la restauración de la Orden de Heredom de Kilwinning, del Rito Escocés Primitivo( Early Grand Scottish Rite), de la Orden de los Elus Cohen y de la Orden Martinista Iniciática, poseía todos los grados de dichas Ordenes?
6) Vuestro Gran Maestre, Jorge Francisco Ferro, ha sido radiado( expulsado) de la Gran Logia Francesa de Memphis Misraim, del Soberano Santuario de Chile para América Latina, del Rito Escocés Primitivo, de la Orden de los Elus Cohen y de la Orden Martinista Iniciática? En caso afirmativo: ¿Cuáles fueron los motivos o razones de tal radiación de las Obediencias francesas?

RESPUESTAS DE LA “ORDEN REAL DE HEREDOM DE KILWINNING”

Las explícitas respuestas que el secretario de esta “Orden”(E. S.) y el representante de la misma en Santiago de Chile(D. E. J. R.) nos han enviado, sin responder puntualmente a la mayoría de nuestras preguntas son, en breve síntesis, las siguientes:
“La Orden Real de Heredom de Kilwinning considera que toda la Masonería Especulativa, nacida a partir de 1717, es irregular y cismática. Los Grandes Maestres y las Grandes Logias usurparon la autoridad de los Maestros para erigir logias y capítulos. No reconocemos la autoridad de las Constituciones de Anderson, ni la regularidad y legitimidad de los Grandes Maestres y Grandes Logias de la Masonería Especulativa moderna, pues somos masones operativos y, por lo tanto, anteriores a la reforma de 1717. Además, una asamblea de maestros masones y de caballeros de altos grados es soberana, por que reúne todos los poderes masónicos y caballerescos y, por lo tanto, decide, ordena y manda, sin necesidad de Grandes Maestres, Grandes Logias, ni Supremos Consejos de ninguna clase, pues ese derecho es inherente al grado y no al cuerpo superior. Derecho que las Grandes Logias y Grandes Maestres ocultan, pues lo han usurpado. Por estas razones, no necesitamos de ninguna carta-patente, autorizaciones de Grandes Logias, ni ningún Gran Maestre que nos instale, por que estamos un poquito más allá del mero trámite.
En nuestros días la Orden Real de Heredom de Kilwinning ha restaurado no solo el espíritu operativo del Arte Real sino además --- en estricta observancia con las recomendaciones y críticas hechas por el Hno.´. René Guénon a los largo de toda su obra( es decir, leyendo sus libros)--- ha rectificado también las formas rituales en uso en total concordancia con los inmutables principios de la Masonería operativa, anteriores de la desviación de 1717...”
Las respuestas de los dirigentes de esta falaz organización son suficientemente claras para comprender que cuestionan a la Masonería especulativa, en la cual se han formado, no para restaurarla como expresan, sino para ocultar sus ilegítimos procedimientos y usurparla en beneficio de sus propios fines particulares. A continuación, damos a conocer los muy ocultos acontecimientos que condujeron a la puesta en escena de esta fraudulenta organización, que se esconde detrás de ilustres y respetables nombres de instituciones iniciáticas.

LA VERDAD SOBRE EL OCULTO ORIGEN DE LA LLAMADA “ORDEN REAL DE HEREDOM DE KILWINNING” DE BUENOS AIRES Y DE SANTIAGO DE CHILE

Hasta 1993-94 una logia de Buenos Aires, que trabajaba en el Rito Escocés Primitivo, en el Rito Egipcio, en el Rito de los Elus Cohen y en un Rito Martinista, estaba afiliada a la Gran Logia Francesa de Memphis-Misraim. Pues en esa época, el Rito Escocés Primitivo, el Martinismo de línea rusa y la Orden de los Elus Cohen, aunque funcionaban independientemente, estaban estrechamente vinculados a la Masonería Egipcia de Francia. Esta logia presidida por Jorge Francisco Ferro, hasta esa época, dependía de dichas obediencias francesas.
Pero, como Jorge Francisco Ferro (grado 3º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, grado 30º o 33º de un rito de Memphis-Misraim de Chile, entre otros ritos masónicos que practicó, sin haber llegado a grados intermedios ni últimos de la escala iniciática) tenía grandes ambiciones, deseaba ser Gran Maestre de Argentina, envió a las Grandes Maestrías de Francia informes adulterados y datos falsos sobre sí mismo y la cantidad de miembros y logias que poseía, además de calumnias hacia un anterior Gran Maestre. Después de un tiempo, los dirigentes franceses comenzaron a sospechar de Ferro. Cuando llega a Buenos Aires el Gran Representante del Gran Maestre Mundial para Canadá y América Latina, por ese entonces J. M. Pomerleau, para entrevistarse con Ferro y comprobar si los datos enviados a las Grandes Maestrías de Francia eran veraces, ante el inminente riesgo de que su muy calculado fraude quedase al descubierto, Ferro no recibe a Pomerleau y expresa increíbles excusas para justificar su desencuentro, es decir, su huída del Gran Representante del Gran Maestre Mundial. Evidentemente, Ferro no estaba dispuesto a rendir cuentas de los adulterados informes enviados a las jefaturas de las Ordenes en Francia.
Como consecuencia de su masónicamente delictivo proceder, Ferro es expulsado del Rito Escocés Primitivo, del Rito de Memphis-Misraim y de la Orden Martinista Iniciática.
A partir de su expulsión de estas Ordenes iniciáticas, y más precisamente durante la Semana Santa de 1994 en la provincia de Córdoba y junto a Hermanos de inferior grado y conocimientos, Ferro llevará adelante el plan de usurpación de dichas Ordenes que él, en una de sus cartas, denomina “restauración”. Precisamente, en una carta del 21 de mayo de 5994 V.´. L.´. (1994 e.´. v.´.), enviada por Ferro al H.´. Cognitor, en la cual se explica detalladamente el plan de “restauración”, el mismo Ferro dice que en Córdoba “se tomaron decisiones profundas y definitivas” y “ como Hernán Cortés hemos quemado las naves y no daremos ni un paso atrás”. Estas “decisiones profundas y definitivas” consistían en apoderarse ilícitamente de todas las Ordenes de las cuales había sido expulsado, con la increíble excusa de “restaurarlas”, pues como también Ferro escribe en su carta: “ los Grandes Maestres de Francia y alrededores no han sabido volver a las fuentes auténticas y originales”, para después, soberbiamente expresar, refiriéndose a los Grandes Maestres que lo habían expulsado: “Los hermanitos europeos verán que la vaca se les convirtió en toro como dijo el paisano y de ahora en adelante deberán rendir examen de capacidad ante nosotros, dados los errores que han cometido” . En términos jurídicos, esto es invertir la carga de la prueba, es decir, cambiar su estado de expulsado y convertirse en juez y maestro de los Grandes Maestres que le habían cerrado las puertas de las Ordenes iniciáticas y, además, significa la auto-proclamación de este ambicioso personaje como una oculta autoridad mundial en más de 10 órdenes y ritos iniciáticos, sin las autorizaciones, cargos, grados y transmisión de los poderes correspondientes.
Para tan audaz como múltiple fraude, es decir, la apropiación de órdenes, títulos, cargos y ritos sin las autorizaciones ni los poderes transmitidos por las jefaturas legítimamente constituidas, --- como la actual Gran Logia Francesa del Rito Escocés Primitivo, la por entonces Gran Logia Francesa del Rito de Memphis Misraim, los Grandes Maestres de la Orden de los Elus Cohen, la Orden Martinista Iniciática y , menos aún, por la auténtica Real Orden de Escocia de Heredom de Kilwinning --- Ferro, violando toda tradición realmente iniciática y operativa, se hizo elegir y autorizar en todos los cargos y títulos anteriormente mencionados(ver página 1) desde abajo hacia arriba, es decir, por Hermanos de inferior grado y conocimientos. Para tal fin, les hizo creer a sus ingenuos secuaces que para autoproclamarse Gran Maestre de más de 10 órdenes y ritos tradicionales que dice representar, no eran necesarias las autorizaciones, transmisiones de poderes y cartas-patentes de Grandes Maestres, Grandes Logias ni Supremos Consejos reconocidos y legítimos, pues eran suficientes los pocos grados que había recibido en distintos ritos. Por medio de este falaz y anti-iniciático criterio, cualquier miembro de la Masonería que haya obtenido algunos grados, por más inferiores que sean, puede formar su propio Rito e, incluso una Orden nueva, sin autorización alguna de las Obediencias legítimas y regularmente constituidas!!!
Con respecto a este tipo de elecciones y auto-proclamaciones en cargos y títulos iniciáticos sin una regular o legítima autorización por una Obediencia o un Gran Maestre debidamente constituidos y reconocidos, además de ser un grave delito masónico, cohen y martinista, explica René Guénon, que esto es pretender hacer derivar lo superior de lo inferior, contradiciendo toda noción de verdadera jerarquía iniciática; (v. René Guénon. “Apreciaciones sobre la Iniciación”. Capítulos V; XLIII; XLIV).
Estos son los verdaderos y ocultos acontecimientos que dieron origen a una “Orden” que se viste con ropajes de auténticas tradiciones iniciáticas que dice haber restaurado, pero, en realidad, en su seno oculta uno de los más grandes y sigilosos fraudes que se hayan registrado en la historia de la Masonería y otras órdenes iniciáticas.
No es nuestra intención ofender a nadie con este informe, pero consideramos que es nuestro deber moral advertir al público en general y a las organizaciones iniciáticas en particular, sobre supuestas órdenes que encaramándose y mimetizándose en auténticas tradiciones y obediencias, elaboran viles engaños y fraudes para satisfacer ilegítimos y delictivos fines e intereses particulares. Razones por la cuales, denunciamos a esta organización que en nombre de la Masonería, de la Orden de los Elus Cohen, de la Orden Martinista, de la tradición Rosa+Cruz y de la antigua e ilustre Orden de Heredom de Kilwinning, ha usurpado y desvirtuado a auténticas organizaciones iniciáticas.
Para llevar a cabo esta investigación dejamos de lado toda opinión subjetiva o versión no controlada y nos fundamentamos en testimonios de personas que conocen a esta “Orden” desde adentro y en documentos, informes y correspondencia de los principales dirigentes de la misma. Sólo en consideración de tales pruebas podemos afirmar que estamos ante evidentes delitos de usurpación de Ordenes, títulos y cargos, traslación fraudulenta de grados de un rito a otro, restauraciones no autorizadas, difamación de HH, engaños a dirigentes de distintas Obediencias para obtener reconocimientos, falsificación de documentos iniciáticos, etc.
Sugerimos, ante cualquier duda, a todas las personas y organizaciones iniciáticas que se encuentren en contacto con esta creación ex nihilo llamada “Orden Real de Heredom de Kilwinning” de Buenos Aires y de Santiago de Chile o con su oculto Gran Maestre en las sombras, pues no se atreve a dar la cara como tal, que soliciten a los representantes de esta ilegítima organización que, además de los informes históricos que suelen publicar en Internet, den a conocer las Obediencias que les transmitieron todas las órdenes, títulos y cargos que dicen poseer y que exhiban las respectivas cartas-patentes y autorizaciones selladas y firmadas por las autoridades correspondientes.
Para concluir, no estará demás recordar respecto a estas lamentables y cada vez más frecuentes invenciones, las palabras de René Guénon:” En efecto, en estas condiciones, una organización iniciática no podría ser el producto de una fantasía individual; no podría ser fundada a la manera de una asociación profana, por iniciativa de algunas personas que decidan reunirse adoptando cualquier clase de formas; y hasta si estas formas no son inventadas en todas sus partes, sino tomadas a préstamo de ritos realmente tradicionales, de los cuales los fundadores hubieran tenido algún conocimiento por erudición, ellas no serían más valiosas por ello, porque, a falta de filiación regular, la influencia espiritual es imposible e inexistente, si bien que, en tal caso, solo se trata de una vulgar contraforma de la iniciación.” (René Guénon. “Apreciaciones sobre la Iniciación”. Cap. V) .

Luís R. García - Armando J. Santander - A. F. Díaz

Anónimo dijo...

M:.QQ:.HH:.

Si con toda la documentación que ustedes nos han proporcionado en forma fidedigna e inapelable fuera poca,podemos corroborar también a través de un documento interno que esta organización fraudulenta distribuyera con motivo de los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810, la reinvindicación de que la orden que este señor Ferro creara es en realidad sucesora legítima de la antigua Heredom de Kilwinning que se estableció en los comienzos de la Patria y por ello pretende ser más antigua que la propia Gran Logia de Argentina (sic), pero vayamos al documento:

Con motivo del Bicentenario de la República Argentina, la Orden Real de Heredom de Kilwinning desea recordar y honrar a nuestros Padres Fundadores de la Primera Junta de Gobierno por su tesón, conducta y firmeza en la formación del Primer Gobierno Patrio. De los miembros de dicho Gobierno, de ocho eran masones, sobre un total de nueve integrantes:

• Presidente: Cornelio Saavedra.

• Secretarios: Mariano Moreno y Juan José Paso.

• Vocales: Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Larrea quien convenciera al Hno:. Antoine de Cambacerés, pariente de Archicanciller Imperial y Gran Maestre de la Orden Real de Heredom de Kilwinning para el Imperio Francés Jean Jacques Régis de Cambacerés, a radicarse en la joven Argentina. Del vocal restante, Miguel de Azcuénaga, no hay fuente documental -a la fecha- que lo acredite como integrante de la Orden.

El Hno:. Antoine de Cambacerés se asentó en la Argentina, a instancias del Hno:. Juan Larrea mientras éste se desempeñaba como Cónsul argentino en París, siendo el introductor de la Orden Real de Heredom de Kilwinning a través de Logias familiares antes de la constitución de la Gran Logia de la Argentina.




La Orden Real de Heredom de Kilwinning, sus Oficiales, Dignatarios y Gran Maestre saludan a todos los Hermanos y Hermanas con motivo del Bicentenario de la Patria instándolos a perseverar en el sendero tradicional marcado por nuestros antecesores, invocando la protección del Todopoderoso y reafirmando lealtad de todos sus miembros para con nuestra honorable Patria. Salud, Fuerza y Unión!

Anónimo dijo...

soy maestro masón, pero mi pregunta es si puedo hacer los altos grados en otro consejo supremo que no sea el de mi obediencia, qué puede suponeresto?