domingo, 18 de mayo de 2008

DIRIGENTES DE PAPEL EN LA MASONERÍA MEXICANA

Por Cuauhtémoc D. Molina García
Desde México...
No sé qué pase en el resto del mundo, pero en México, los masones viven descalificándose los unos a los otros del modo más antifraternal posible; unos, adheridos a sus cetros de reyezuelos, creyéndose investidos de la mayor autoridad para desconocer, casi excomulgar, a quiénes participan de otros sistemas o ritos masónicos porque se asumen, a sí mismos, dueños de territorios y jurisdicciones. Otros, también casi cosidos a sus malletes, pasan sus periodos como Grandes Maestros suspendiendo aquí y allá a quiénes les discuten o cuestionan sus decisiones expresando una increíble intolerancia, incluso donde la tolerancia debe ser una virtud y no un simple discurso.

No se que tienen algunos "masonetes" que, una vez ungidos con sus cargos y grados, sienten que son amos de todos, olvidando que los masones son, por definición, seres libres y autónomos y que estan unidos a sus Obediencias por convicción y afinidad con principios y postulados, pero no a personas de escasa o nula autoridad moral para ejercer los cargos que detentan, sobre todo si lo evidencian con su conducta antifraternal y antimasónica.

El autoritarismo de los sistemas masónicos mexicanos es propiciado por muchos factores; en México -donde los hálitos arbitrarios son ancestrales, reflejándose en su sistema político y administrativo y en la cultura misma del país- el grado de informalidad y personalismo caudillista en la dirección de las Obediencias masónicas es más que inaudito. El Estado de Derecho -para la sociedad mexicana- es más que un sueño, es en realidad una ficción. Y esa quimera llamada Estado de Derecho se traslada, por necesidad, al mundo de nuestras instituciones, incluso las no gubernamentales como los clubes de servicio, los sindicatos, la academia y las instituciones fraternales y filosóficas como la masonería.

Uno de esos factores es, sin duda, el cabal desconocimiento que muchos dirigentes expresan y manifiestan cuando sus Logias los hacen maestros al vapor y cuando otros organismos les conceden grados de modo igualmente viciado, esto es, sin la educación ni el estudio necesario de los grados, sus contenidos y, desde luego, sin el tiempo necesario para fraguar masónicamente. Por esta razón, entienden la masonería a su modo, olvidando preceptos, postulados, historia y legislación internacional, que son los elementos que unifican a los masones y los que le dan cuerpo y coherencia a la Institución.

Ignoran estos masonetes altígrados las Constituciones, Preceptos y Normas básicas que rigen la Institución, y resulta increíble que accedan a grados y puestos de mando en la Orden con supina incultura y analfabetismo masónico. La Orden esta llamada a ser ejemplo de ecumenismo, tolerancia y unidad, allende los ritos, las obediciencias y las culturas masónicas en el mundo. Ningun rito masónico es contrario a otro; ninguno compite con otro. Todos los ritos son regulares porque solo son métodos de trabajo iniciático y ninguno es mejor que otro, ni más válido ni más importante o poderoso. Todos son sistemas de trabajo iniciático que acercan al hombre genuinamente iniciado al Ideal Espiritual que la Orden conlleva en sus rituales y en su sublime simbolismo.
Un dirigente masónico responsable debería entender que su misión es hacer grande a la Orden y no fragmentarla con un celo enano y miope que sustituye el paradigma de unidad por el del separatismo fanático, igual o peor que el que hstóricamente han mostrado muchas religiones a lo largo de la historia.

Sin embargo, los líderes de papel de la Institución, se conceden gratuitamente la libertad de excomulgar, del modo más eclesiático posible, a quienes siendo Maestros de la Orden, acceden a los Ritos de su preferencia o a más de dos, si sus posibilidades y capacidad se los permite; además, se arrogan el derecho de hablar "a nombre de todos los masones" para postular o apoyar candidatos de partidos políticos, o bien para criticar iglesias y religiones como si el fin de la masonería fuera ese. Por si fuera poco, algunos que ostentan grados elevados de organismos que administran esos mismos grados, ni siquiera han sido electos por el pueblo masónico que dicen representar, pues se eligen entre ellos mismos y designan sus delegados del modo más autocrático posible, como en la mismísima iglesia romana que muchos cuestinan desde la masonería.

Evidentemente, muchos de estos personajes de papel solo anhelan "ventanearse" y recibir reflectores de la prensa del modo más triste y miserable imaginable. Y esta probado que, más de uno, ha usado sus cargos para obtener del gobierno beneficios personales, y hasta familiares, a costa de una representación que, en democracia pura, nadie les ha otorgado porque nadie ha votado por ellos.

Pero lo grave es que al interior de la Orden estos dirigentes de papel ni dirigen ni conducen a sus Grandes Logias, u otros organismos, a estatus dignos y decorosos de crecimiento y desarrollo masónico, y sí en cambio, han llevado a sus organizaciones a deplorables condiciones en las cuales ni crecen ni se desarrollan, sino todo lo contrario: los organismos masónicos decrecen y caen a niveles internos y de percepción pública y social, tan penosos como lastimosos.

Así, lo que vemos son ejemplos dolorosos, por ejemplo aquéllos en los dirigentes de un rito suspenden a los de otro y viceversa. ¿Quién les ha dicho que es esa su función? Muchos de ellos se parecen a los papas excomulgando a Lutero.

En Sudamérica (Argentina y Perú), la masonería encuentra un nivel de desarrollo envidiable (no se diga en los Estados Unidos y Europa), pues han aprendido los masones a convivir juntos y en armonía, practicando en una misma Obediciencia varios ritos, principalmente el York y el escocés. Un Maestro Masón ingresa a uno y/o a otro rito en ejercico pleno de su libertad, trabaja en ellos para beneficio de sí mismo, de su Logia Simbólica y de su Gran Logia.
El hecho de que un Maestro Masón milite ritualmente en un rito y en otro, no implica deslealtad, traición o apostasía como algunos masonetes creen. Lo que hace masón a un hombre es su Grado de Maestro legítimamente obtenido, de conformidad con el ritual tradicional y ortodoxo y en una Obediencia Regular. Y un grado elevado, cualquiera que éste sea, no hace más masón a un hombre que a otro; y no poseerlo, tampoco desmerece la condición masónica de un hermano. Los grados solo nos otorgan más información y conocimiento, nos hacen vivir experiencias rituales novedosas y satisfactorias, nos conducen a nuevos campos de la tradición iniciatica, pero el Grado de Maestro es, por sí mismo, suficiente para ostentar la condicipon de Constructor del modo más digno y completo. Ningun grado nos hace más importantes ni más poderosos sobre la Maestría. Quién considere lo contrario, no merece ser lo que dice que es.
La masonería mundial tiene, entre sus ritos, a dos que son, por su antiguedad y profundidad, la esencia misma de la Masonería. El Rito York, por su belleza, simbolismo y antiguedad, cierra perfectamente la formación simbólica y espiritual de los Maestros Masones, y el Rito Escocés, por sus doctrinas iniciáticas, sociales y morales inculca los principios de construcción del edificio social. Ambos Ritos -York y Escocés- contienen enseñanzas sublimes y complementarias que construyen la unidad de la masonería, más allá de los grados fundamentales de Apendiz, Compañero y Maestro. Existen, es verdad, muchos otros sistemas, unos más conocidos que otros, pero todos constituyen la expresión sublime de la masonería mundial.

Pero en México, los masones parecen ser unos de la sinagoga, y otros de la mezquita, en la más absurda concepción posible, tan irracional e inadmisible como lo que hacen los católicos con los protestantes y viceversa. Se ha venido dando una pugna absurda y mezquina entre el escocismo y el yorkismo, porque los líderes de papel del primero consideran poseer el poder y la propiedad de la masonería y porque asumen que todo lo que no es "rito escocés" entonces es irregular y "espurio", indignante y atifraternal palabreja, viable entre religiosos fanáticos, pero no entre masones. Algunos masonetes (¿se les puede denominar de otro modo?) se conducen como nuevos Torquemadas, dispuestos a quemar en la hoguera de los decretos suspensorios y en las expulsiones a quienes consideran "enemigos". ¡Hágasenos el favor!

Es una lástima que las cabezas que dirigen (?) la Institución en México promuevan la disolución de la Orden. Es una lástima que en sus cabezas huecas no exista creatividad, inteligencia y talento para encontrar las mejores formas de crecer de modo sano, consistente y digno. Es una pena que en sus mentes y corazones solo exista sed de poder, y que en sus vidas como dirigentes solo persista la egolatría y la mediocridad, pero sobre todo, ignorancia de cómo se encuentra organizada la masonería mundial, tan sorprendente como inadmisible, sobre todo ahora que contamos con los recursos de la tecnología como el Internet.

Algún dirigente eclesial de México dijo, alguna vez, que de los masones la iglesia no se ocupa porque sencillamente no representan ningún peligro, ni para ella ni para la derecha católica mexicana, ya que los masones mismos se destruyen entre sí. ¡Y es una lastimosa verdad!

Por ello, los masones de México necesitamos líderes... líderes que no sean de papel y que estén inspirados en los auténticos principios de la masonería... Líderes que sepan construir con sapiencia, inteligencia y talento las bases de subsistencia del Arte Real.

¿Dónde hallarlos?

3 comentarios:

hito dijo...

Lo que dice mi hermano Cuahtemoc no es nuevo en Mexico. La misma gran logia unida mexicana cuando tuvieron el sismo de donde nacio la gran logia veracruz llave; era proscrito que un mienbro de esta gran logia visitara a la unida mexicana so pena de verse expulsado de los trabajos por espurio.
Y de la Logia que fundo mi Hermano Enrique por despechado y resentido, tambien tiene las puertas cerradas...
Lo que si aplaudo la valentia de mi hermano, Cuahtemoc por que no faltará un mason-sito que lo critique por ese "absurdo" dijeran en mi pueblo:- Pos no que eran Universales-

Anónimo dijo...

QH Cuauhtémoc:

Leí con profundo interés su escrito sobre los 'dirigentes de papel' de la Masonería en México. Quisiera objetarlo, pero -para mi pena y tristeza- no puedo hacerlo, por la sencilla razón de que tiene usted razón. Lo sé de primera mano. Yo mismo he sido víctima de esas 'expulsiones' y lanzamientos sumarios. Sé de qué habla.
La corrupción y la descomposición social y política de México, ocurrida desde -alrededor- de los años 80's del siglo pasado entró en una etapa de crisis sistémica que ya no admite marcha atrás, el triste proceso deberá seguir hasta sus últimas consecuencias y la masonería 'oficial' irá de la mano con ese deterioro generalizado, porque -para nuestra desgracia- en lo político, la otrora Antigua y Honrada Institución que nos honra con su cobijo se amalgamó con una estructura política ya en franco deterioro y en liquidación, arrastrando a la Masonería en su debacle, a tal grado que la pulverización y la disgregación parecen del todo inevitables. Como es afuera es adentro, como es arriba, es abajo.
Es más, desde los años 40's los extranjeros -léase, desde los Estados Unidos- nos diseñaron un esquema DIVIDIDO, como el de sus 'dos' Supremos Consejos, del Norte y del Sur, pero no contaban con que acá no sabemos cómo ponernos de acuerdo y es fecha, más de medio siglo después, que los masones de México estamos tomados del cuello con los de enfrente, desde arriba hasta abajo y ese separatismo nos ha llevado hasta este triste momento que estamos viviendo.
Pero vamos, que del detritus surge el abono y de éste, el nutrimento de una nueva generación. Hacia allá nos dirigimos.
Concordé con casi todos sus puntos de vista y, en los pocos que difiero es más bien en términos de matiz o de metodología para resolverlos.
Me afino, finalmente, con su idea de que HACEN FALTA LÍDERES HONESTOS, NUEVOS ROSTROS, NUEVAS FORMAS DE ORGANIZACIÓN. Veo con gusto que usted es uno de los muchos que ya están cayendo en cuenta del 'jueguito' en que nos estuvieron envolviendo. Pintemos nuestra raya ¿gusta acompañarnos? Comuníquese con:

Rogelio Amaral Barragán
amaral.rogelio@gmail.com

Estoy a sus órdenes.

ROGELIO AMARAL BARRAGÁN
M.'.M.'.

javier dijo...

Q.'.H Cuahtemoc

Estuve leyendo con cuidado tu trazado, describes con gran elegancia la perdida de principios y de valores que vivimos los masones en mexico y la conducta y actitud de muchos lideres "masones". Que pena para mi mismo que tenga que afirmalo y darte la razon y le agregaria que en sus discursos muestran una total intolerancia, acusan a la iglesia y a la derecha y en el poder reciben dadivas del sistema que mas le ofrece,
paraciera que describes lo que vivimos en Michoacan, Mexico.